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- 30/08/07 - Gentileza de la Revista Tesis 11 Reportaje a Hugo Yasky, Secretario General de la Central de Trabajadores Argentinos
[30/08/2007] ...los trabajadores, necesitamos sostener con la movilización y con una participación política en la discusión nacional cada vez más protagónica, un modelo de desarrollo social que permita que el crecimiento económico no termine siendo simplemente acumulación para algunos sectores...
HY: Creemos que tiene que tener como eje definir políticas que garanticen un nuevo modelo dis-tributivo y un modelo social de inclusión para los trabajadores, para los desocupados, para los jubilados, con perspectiva además de sustentabilidad en la pequeña y mediana empresa y en los pequeños productores del agro. La marcha además tenía el propósito de empezar a poner en la calle a un espectro de fuerzas sociales que tiene que formar parte de la discusión de un nuevo modelo de país. Nosotros sabemos que hay sectores de la derecha, de los factores de po-der vamos a decir para ser más abarcativos, que empiezan a plantear que en este país se llegó al techo de lo que pueden ser políticas distributivas, que la crisis que empieza a recorrer Europa y Estados Unidos, la crisis de la burbuja inmobiliaria y todo eso... T11: Consideran imprudente el último aumento a los jubilados... HY: Claro, consideran además imprudente que siga aumentando el gasto público, consideran que sería prudente reestablecer relaciones serias y abandonar las malas compañías que contaminan actualmente la política internacional del Gobierno. Léase: arreglar con el Club de París, volver a reestablecer relaciones con el Fondo Monetario Internacional. Hay asiduos concurrentes a la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica que empiezan a mostrarse como los portadores del proyecto sano de la gobernabilidad para una democracia “madura”, como ellos pretenden. En ese contexto, el movimiento popular, de los trabajadores, necesitamos sostener con la moviliza-ción y con una participación política en la discusión nacional cada vez más protagónica, un mo-delo de desarrollo social que permita que el crecimiento económico no termine siendo simple-mente acumulación para algunos sectores. Creo que entramos en una fase que va a ser mucho más profunda en la disputa. La derecha em-pieza a retomar la iniciativa, empieza a sostener una suerte de hostigamiento, que va a intentar condicionar las políticas futuras y que va a valerse de cualquier cosa: del rebrote inflacionario, del tsunami financiero que pueda recorrer el mundo, de cualquier otra cosa que le sirva, llámese crisis energética o lo que les venga bien para tratar de contener la demanda social y sobre todo, de ponerle freno a políticas distintivas que hagan que este país vuelva a ser otra vez un país en el que los sectores más débiles puedan tener un lugar abajo el sol. Así es que entiendo que esta mo-vilización marca el inicio de un proceso, que la CTA va intentar que sea ascendente en términos de movilización, en términos de ganar la calle y en términos también de producir debates. Para eso estamos planificando y dando los primeros pasos hacia una Constituyente Social que en el 2008 nos permita formular un programa más vasto y abarcativo, no solamente de las demandas de los trabajadores, sino de lo que sería un país en condiciones de distribuir y de contener las demandas sociales de todos los que la habitan. T11: ¿Qué sería esa Constituyente? HY: Esa Constituyente la estamos pensando como un encuentro de debate, de formulación y de concreción de un programa popular, que tiene como fecha el 2008. Tentativamente podría ser en Mayo. Se ha comenzado ahora en Jujuy con encuentros que se hicieron en varias ciudades. Lue-go seguimos en el Chaco, donde también en diferentes localidades debatimos con distintos secto-res: trabajadores públicos y privados, representantes de los movimientos agrarios, pueblos origi-narios. La idea es ir formando la base de una reformulación del contrato social en la Argentina. Es decir, un nuevo contrato social que reformule el 14 bis, para que pueda ser puesto en práctica en este siglo XXI y en estas condiciones que estamos viviendo en América Latina. T11. La CTA está demandando al Gobierno su personería gremial. Ustedes están argumentan-do, han hecho presentaciones respecto de la libertad sindical y todo esto presupone una ruptura fuerte con el modelo de sindicalismo que está planteado en el país. ¿A qué modelo de sindica-lismo Uds. creen que hay que marchar? HY: Nosotros creemos que tiene que ser un modelo de sindicalismo que garantice amplia li-bertad y democratización del movimiento sindical. Entendemos que históricamente en la Ar-gentina existieron debates, corrientes, luchas. Se expresaron, generalmente a partir de la década del 40, en la existencia de dos fuertes corrientes: una que mantenía una posición irreductible frente a los grupos dominantes y otra que intentaba amoldarse o integrarse al sistema que propo-nían esos grupos dominantes. Eso dio lugar a que existiera una CGT clandestina, que se denomi-naba la CGT de pie y otra que colaboracionista que se plegaba, después del derrocamiento de Pe-rón. En la época de la dictadura de Onganía tuvimos la experiencia de la CGT de los Argentinos y dos CGT, a partir de que Alonso desconoce el Congreso Nacional de la CGT, que le daba ma-yoría al sector que proponía una línea de lucha, de combate. En esa época era la CGT de los Ar-gentinos y la CGT que después pasó a ser dominada por Vandor, por el vandorismo. En la dictadura que siguió también hubo una CGT, la CGT Brasil, que fue un intento de aglutinar a los sectores que luchaban, frente a otro sector que se ubicó a la diestra del gobierno militar, con Triaca a la cabeza, que se denominó CGT Azopardo. Bueno, así también fue la CGT de Ubaldini la que en un primer momento aglutinó los sectores que intentábamos reencaminar las luchas para encontrar formas de resolver la crisis de los sectores populares, sobre todo de los trabajadores. Siempre existió en la Argentina esa disputa. Y en realidad la ley, sobre la cual pretende erigirse un modelo de sindicalismo único, no expresa esa realidad. Más bien trató de convertirse en un corsé, que terminó sirviéndole a los grupos empresarios más concentrados y a los factores de po-der conservadores, como un elemento de disciplinamiento, de contención de las protestas y de las luchas del movimiento obrero. Nosotros creemos que hay que terminar con ese cepo. En-tendemos que ya ni siquiera hace falta una reforma de la ley, habida cuenta de que Argentina es signataria del Convenio 87 de la OIT , que consagra el principio de la libertad sindical en todas sus formas: le confiere la soberanía directamente a los trabajadores. El único requisito es que conformen una Central y que resuelvan democráticamente sus propios Estatutos y normas de or-ganización, sin injerencias de ningún tipo: ni de los sectores vinculados al Poder Ejecutivo, ni al Legislativo y mucho menos de los grupos económicos. Y tiene carácter constitucional, a partir de que la Reforma del 94 dio rango constitucional a aquellos tratados internacionales que versan sobre derechos humanos o derechos de la ciudadanía. Eso es lo que constituye el basamento de la última presentación que hicimos en la OIT, planteando que el Gobierno debe, simplemente, po-ner en práctica lo que la OIT resolvió, que es dar plena libertad al movimiento obrero en la Ar-gentina para que los propios trabajadores resuelvan. T11: ¿Y qué responde el Gobierno? HY: El Gobierno está en un juego de dilación. Hacia dentro del Ministerio de Trabajo sabemos que se ha tomado esta última resolución de la OIT, como el inicio de la cuenta regresiva del re-conocimiento a la CTA. No hay margen, a menos que se pretenda desconocer lo que el propio Gobierno firmó cuando suscribió el Convenio 87. Pero oficialmente se mantiene una política que de silencio, de dilación. Eso revela que no existen elementos válidos para explicar el por qué del no otorgamiento de la personería gremial a la CTA. Para nosotros el modelo sindical tendría que garantizar el derecho de los trabajadores a reclamar, a ejercer actos colectivos que les permitan defender sus intereses, a organizarse, a presentar lis-tas, a votar en asamblea la aprobación o no de los convenios, a decidir cada instancia de su vida colectiva como gremio en plena libertad y con garantismo sindical. Es decir, sin los condiciona-mientos que existen para aquellos que no están amparados por el fuero sindical: una vieja prácti-ca que instaló el vandorismo en la Argentina, que es la confección de listas negras, los despidos, los aprietes. La clase obrera argentina tiene una inmensa historia de lucha, es un movimiento realmente indoblegable. No lo pudieron quebrar ni hacer desistir en décadas de distintas formas de represión, pero seguimos actuando en condiciones tales en las que ejercer el derecho a la de-manda puede significar la pérdida del trabajo. Es decir, si una sociedad tiene instalada una vi-da democrática, la lucha por la distribución de la riqueza se debe dar en condiciones tales que les permitan a los trabajadores tener las manos desatadas. No podemos hablar de demo-cracia, de construir una sociedad que distribuya la riqueza y que esto quede a expensas solamen-te de las decisiones de los grupos empresarios o, en todo caso, del Gobierno. Es tener un movi-miento obrero que todavía está con las manos esposadas. T11: Esto también supondría avanzar también sobre los estatutos que rigen la vida de muchos sindicatos... HY: En realidad, supondría generar condiciones que les posibiliten a los trabajadores avanzar en definir ellos mismos las reglas de juego, sin estar sometidos a presiones. Hoy en las organizacio-nes sindicales, no todas, pero yo diría que en la mayoría de las organizaciones sindicales, una lis-ta que intente remar contra la corriente del acuerdo de las cúpulas con el sector empresario, tiene que enfrentar la posibilidad del despido, del apriete, una serie de cuestiones que limitan. Noso-tros creemos que tiene que haber libertad. Que así no hay posibilidad de hablar en serio de una política que nos permita recuperar el poder de los sindicatos. Hoy solamente el 12 por ciento de las empresas cuentan con Comisión Interna y representación sindical. En ese 12 por ciento se concentran los más altos salarios. Es decir que ahí donde el movimiento sindical tiene la posi-bilidad de actuar, el salario es más alto. Si pudiera actuar libremente además, a plenitud, evi-dentemente las condiciones para la puja distributiva serían mucho más favorables. T11: La CTA nació en un tiempo en que el empleo parecía condenado a desaparecer. Un mundo sin empleo, de trabajadores pero sin empleo. Y por eso, desde el principio se planteó como una organización de trabajadores ocupados y desocupados, de pobladores. Ahora que nuestro país tiende a una recuperación del mercado de trabajo, ¿qué cuestiones consideran pendientes? HY: Evidentemente tiende a recuperarse el mercado de trabajo, pero nunca más vamos a tener el paisaje social que existió, más o menos, hasta bien entrados los ochenta. Es decir, donde el pleno empleo era además sinónimo de una relación laboral estable, bajo convenio, que le daba al trabajador perspectiva de vida, que le aseguraba futuro. Que muchas veces significaba gene-raciones dentro de una misma empresa, porque solía ser muy común que el adulto, una vez lle-gado a la edad de jubilarse, lograse que su hijo ingresara a la fábrica o la empresa. Creo que ese escenario de trabajo no va a existir nunca más, ni en Argentina ni en el mundo. Hoy estamos lle-gando, quizás en los próximos meses, a una cifra de desocupación que va a rozar los niveles his-tóricos de la Argentina que nosotros conocimos antes del tsunami neoliberal del gobierno mene-mista, pero con otra característica: que el trabajo es más flexible. La flexibilidad los sectores em-presarios intentan colocarla como precariedad. El sector empresario se aprovecha de la exis-tencia de este trabajo flexible para convertirlo en un trabajo en estado de precariedad. La precariedad significa la permanente contingencia para el trabajador, que está expuesto a que le pase cualquier cosa en cualquier momento en su relación laboral. La precariedad introduce tam-bién muchas formas de arbitrariedad patronal. Es sabido que hay empresas que ponen, como condición de la contratación, la no sindicalización. Se avanza en la modalidad, que sobre todo los yanquis introdujeron, de la contratación individual, los sobres cerrados, donde la relación, las condiciones laborales y salariales son una especie pacto secreto entre el empleador y el trabaja-dor, que se convierte así en un individuo, no en parte de un colectivo. Por eso tenemos que plan-tear, en estas condiciones, como lo hace la Central, dentro de la lucha por la distribución de la ri-queza, la necesidad de garantizar un estado de bienestar para los ciudadanos, no ya para el traba-jador. Debemos garantizar que determinados derechos, el acceso a ciertas prestaciones so-ciales, a la salud, a la educación, a un ingreso que asegure un nivel vida digno, no dependan ya de la relación laboral. Porque habrá muchos trabajadores que van a tener una relación labo-ral inestable, periódica, muchos trabajadores que están en la informalidad. Hoy la mayoría no pertenece a ningún sindicato, no porque hayan decidido no sindicalizarse, si-no porque tienen formas de contratación muy precarias que los convierten en trabajadores en ne-gro, no registrados, sin convenio, aunque después en las estadísticas figuren efectivamente como ocupados, que lo son, pero en otro tipo de trabajo. Entonces creo que la Central tiene que mante-ner un modelo de representación que esté en condiciones de incorporar como parte de la clase trabajadora, a todo este gran sector del trabajo que no está bajo convenio y que no tiene posibili-dad de sindicalización en términos tradicionales, y tiene también que seguir representando a una realidad que estructuralmente va a seguir existiendo, que es la desocupación. Y a una nueva ex-presión que consiste en las organizaciones sociales que han pasado de ser organizaciones de des-ocupados a organizaciones territoriales, que han trocado su demanda de ayuda social para la des-ocupación, en demanda de mejores condiciones de vida, de acceso a los servicios, de acceso a la salud; lo que nosotros llamamos la “paritaria social”. Así que creo que la CTA, aún en un escenario en el que vamos estar rozando las cifras históricas de la desocupación de la Argentina previa al neoliberalismo, va a mantener su modelo de representación, que ya no se va ceñir solo a lo que tradicionalmente forma parte del aparato sindical. T11: Muchos conflictos gremiales en los últimos tiempos parecen desenvolverse por impulso de núcleos de base, al margen de las estructuras sindicales, sin importar qué estructuras ni dónde están alineadas. ¿Es así? ¿Es una percepción falsa o es verdadera? Y si es verdadera, ¿a qué se debe? HY: No, yo creo que existe. Primero existe una nueva dinámica social que a nosotros nos resul-taba, por lo menos en la última década, absolutamente ajena, que es la disputa por la recompo-sición del ingreso. Todas nuestras luchas, a partir del principio de los noventa y hasta bien en-trados en el nuevo siglo, tenían que ver con posturas defensivas: conservar los puestos de trabajo, luchar contra el recorte en el Estado, la reducción de horas... Eran siempre luchas defensivas. Creo que hay una generación de trabajadores que no tiene registro histórico de la lucha por la demanda de la recomposición salarial. Y ahora hay muchos trabajadores que hacen sus primeros pasos, sus primeras experiencias en la lucha por la recomposición del salario. En los call center por ejemplo, es un caso donde la mayo-ría son jóvenes, el conflicto que tuvimos con los trabajadores de las llamadas cooperativas pes-queras de Mar del Plata, muchos conflictos donde hay una fuerte incidencia de jóvenes que le dan a la lucha sindical una dinámica totalmente distinta a la que nosotros conocíamos an-tes. Hacen sus primeros pasos y por lo tanto, están a la vez que luchando incorporando sus pri-meros saberes, sus primeras experiencias en este tipo de organización colectiva, que muchas ve-ces no llegan a ser representadas por las estructuras sindicales. Pasó así en el puerto de Mar del Plata, donde hace poquito se firmó un convenio y la lucha continúa hasta que logramos, desde fuera y con los delegados en asamblea permanente, encontrar la forma de firmar un acta que realmente suscriba las demandas y que además esté expresado el sector de lucha por los verdade-ros exponentes del colectivo. Y así sucede en otros gremios. En algunos casos, como el caso de los gremios nuestros, que permiten la expresión de las disidencias, también se expresa en formas de lucha dentro de ATE, dentro CTERA, de sectores que plantean otros caminos, otros tiempos, y esto creo que enriquece al movimiento sindical. Y enriquece a los trabajadores. No siempre la aceleración de los tiempos conduce al éxito de una lucha sindical, pero si esto lo dicen los que están en la conducción, en los niveles nacionales de la conducción, muchas veces se interpreta como un intento de frenar o dosificar los tiempos de la lucha. De manera que los trabajadores, en tanto y cuanto lo resuelvan colectivamente, tienen que hacer sus experiencias, tienen que encontrar los caminos. E incluso las organizaciones donde este tipo de práctica se suelen querer contener, a veces directamente impedir que se expresen, se dan fenómenos como el caso del sub-te donde la lucha, digamos, rompe las barreras de contención y creo que es positivo. Es positivo porque forma parte de una experiencia nueva y que, sin lugar a dudas, obliga luego a las nuevas conducciones, también a manejar los tiempos y a tener que encontrar la salida. Creo que le va dando al movimiento obrero mayor consistencia en la base. Creo que, si nosotros pudiéramos tener la personería gremial, sería como ver una ciudad desde arriba, no cambiaría nada. Si nosotros miráramos desde los techos de las organizaciones sindica-les, a nivel de los techos y las terrazas, no cambiaría demasiado en lo inmediato. Creo que el cambio se daría por abajo. Este fluir que hay ahora en el movimiento sindical, en condiciones de libertad y con garantismo, sería todavía mucho más dinámico y creo que eso va a ser un proceso muy positivo. T11: La CTA ha hecho una bandera de la independencia de los partidos políticos, del Estado, de los factores de poder económico. Ahora el kirchnerismo ha convocado a un diálogo social para afirmar un modelo de acumulación con inclusión, en los términos de Cristina Fernández, en su discurso de La Plata. ¿Qué visión tiene la CTA de esa convocatoria? HY: Yo creo que puede ser una oportunidad. Creo que el Gobierno de Kirchner tuvo puntos de ruptura, para nosotros muy importantes, con lo que fue la gobernabilidad encajonada dentro del Consenso de Washington y que instaló en nuestro país y otros países de América Latina la exis-tencia de una democracia formal, abdicada, que terminó desplomándose frente a la búsqueda de los sectores populares, expresada a través de distintos movimientos. La Argentina tuvo predica-mento y fuerte presencia el movimiento social, sindical, incluso el movimiento piquetero surge como una variante de la lucha sindical en la Argentina. Pero en otros países se expresó a través del movimiento campesino, del movimiento indígena. Lo cierto es que surge el gobierno de Kirchner como parte del hastío y el rechazo de nuestro pueblo a esa gobernabilidad atada a los dictados del Fondo Monetario, del Banco Mundial, de lo que se entendían las relaciones serias con el gobierno de Washington. También sucede lo mismo en otras partes de América. Ahora, hay ruptura y hay continuidad. La continuidad tiene que ver con el núcleo, la matriz dis-tributiva, de los intereses que en términos económicos expresó el neoliberalismo, siguen in-tactos en nuestro país y en otros países de la región, en mayor o en menor grado. En la Ar-gentina hay una asignatura pendiente que es, claramente, impulsar un modelo distributivo. Esto no quiere decir que nosotros tengamos la cerrazón de no percibir la mejora en los índices de la desocupación, de la recomposición del salario, sobre todo en algunos sectores de la actividad privada, en algunos sectores de la actividad pública, como es el caso de los docentes, sobre todo en las provincias más pobres, en virtud de la aplicación de la Ley de Financiamiento. Pero toda-vía sigue siendo en los marcos de un modelo que coloca a los trabajadores en el lugar de ser los beneficiarios del goteo de la copa. Es decir, todavía es el derrame. Todavía no hay políticas públicas que apuntalen otro modelo distributivo. En Argentina tendrían que pasar décadas de este derrame por goteo, suponiendo que la economía siguiera creciendo a los niveles actuales, cosa que es bastante imposible, antes de que termináramos de resolver los problemas que tiene que ver con la pobreza. Y nosotros creemos que la única manera de resolver el problema de la pobreza no es con políticas para la pobreza, sino con políticas para la riqueza. Es decir, con polí-ticas para distribuir la riqueza de manera más justa. En la Argentina, a pesar de que crece y me-jora la situación de los trabajadores, la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen, sigue creciendo. La concentración económica sigue operando. De manera que nosotros creemos que este diálogo al que convoca Cristina Kirchner, si expresa una correlación de fuerzas en la que el movimiento de los trabajadores y los sectores populares -y ahí incorporo a los que repre-sentan a los que representan a la pequeña y mediana empresa, a los que pugnan por un nuevo modelo productivo en el campo que sea más democrático, menos concentrado, que pueda repo-blar el campo a partir de volver a instalar políticas para las pequeñas economías agrícolas; es de-cir, si logramos que estas demandas de los sectores populares tengan cauce en un diálogo social que realmente signifique poner en la brújula de un próximo Gobierno políticas públicas que apunten a una reforma estructural, vía reforma tributaria, vía nuevas formas de intervención del Estado para distribuir la renta nacional, de acceso a créditos que permitan un despegue producti-vo, de definición de nuevas metas de educación para poder volcar en un proyecto de industriali-zación que tenga capacidad de generar futuro y sustentabilidad a proyectos de gobierno y que to-do esto esté en el marco de una distribución que asegure un ingreso digno para los trabajadores, nosotros creemos que ese diálogo entonces podría servir para cambiar nuestro país, para avanzar hacia un modelo de sociedad más justo. Es decir, como se intenta en Bolivia, como se intenta en Ecuador, como se intenta en Venezuela. Esas serían las condiciones. Un diálogo social en el que se exprese en una especie de acuerdo corporativo entre un sec-tor del empresariado, la Unión Industrial, un sector del movimiento obrero y que fuera na-da más que una especie de acuerdo cupular para mas o menos sostener las mismas políti-cas, creo que sería un fracaso. Por eso nosotros reclamamos una “paritaria social”, hacia la dis-tribución de la riqueza. Quizás tengamos que encontrar una formulación menos gremial, a partir de que se van a incorporar a esta demanda una cantidad de aliados, como es APYME, Federa-ción Agraria, Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Estamos trabajando juntos para de-cirle al futuro gobierno: existe un campo muy amplio de nuestra sociedad, que va desde los tra-bajadores al pequeño y mediano productor agrícola, al cooperativista, al pequeño empresario, que es mayoría en términos de producción de mano de obra, en términos de producción de renta nacional y que necesita ser representado, ser escuchado y que no necesariamente es hoy parte del entramado de fuerzas que se pueden expresar. En ese sentido, nosotros veríamos como un avance esto y condicionaríamos nuestra participación a que el diálogo no tenga exclusiones, ni en cuanto los temas a discutir ni en cuanto, por supuesto, a quienes participan. T11: El proceso de recuperación del mercado de trabajo todavía implica un porcentaje muy ele-vado de trabajadores y empresas en negro. ¿Qué pasos deberían darse para incorporarlos al trabajo formal y cuál es el rol de los sindicatos en esa tarea? HY: Es un tema difícil porque muchos trabajadores que están en negro pertenecen a lo que vos decías, empresas que están en negro y que son, sobre todo, las pequeñas y medianas empresas que tendrían que ser el motor de una redefinición hacia una economía con rasgos más sociales y en capacidad de generar un mercado interno más dinámico. Hay que buscar formas de disponer de recursos nacionales, recursos públicos, para sostener una política que permita el blanqueo de la relación de trabajo de todos los sectores. Tendría que haber una política activa del Estado para posibilitar las condiciones de un blanqueo y luego para ejercer una adecuada labor de vigilancia y control de que estas condiciones se cumplan. Hacen falta las dos cosas. No basta con spots publicitarios, con tareas que van más bien dirigidas a generar mensajes, aunque pueden ser necesarios, eso solo es insuficiente. No basta con decir que el trabajo debe ser decente, que debe ser registrado. Hemos avanzado, aunque depende de cómo se lo mire, se puede decir apenas hemos avanzado dos puntos en lo que significa el trabajo en blanco, pero la progresión sería a muy largo plazo si se mantuviera a este ritmo. Creo que, en ese sentido, una mayor intervención del Estado nacional, una política hacia las PYMES, que les posibilite el blanqueo y luego una política de control, serían necesarios. También hay que poner la lupa, el caso de Mar del Plata es paradigmático, sobre muchas cooperativas de trabajo que en realidad son fraudulentas, porque encubren bajo el barniz de cooperativismo lo que en realidad son empresas de lucro que mantie-nen en una relación laboral absolutamente anormal a sus trabajadores. T11. El núcleo duro de la desocupación actual se asocia a capacitación laboral deficiente. ¿Qué se debería hacer y qué se está haciendo para superarlo? ¿Qué aporta la CTA en esa dirección? HY: Nosotros venimos de un quiebre muy grande. Los gobiernos neoliberales, brutalmente neo-conservadores, liquidaron un sistema educativo que era de avanzada en América Latina. Argen-tina tuvo, a través del CONET, un sistema de educación técnica que le permitió desarrollar nive-les de tecnología en algunos rubros, que en los setenta nos pusieron al mismo nivel que Canadá. Argentina en ese tiempo tenía una producción que sobrepasaba en mucho, por ejemplo, a la de Brasil. Hoy esa relación se ha invertido totalmente y esto tiene que ver con haber destruido el sistema de educación técnica que es, sin lugar a dudas, una de las cosas que hay que volver a re-cuperar. Nuestro país necesita no solamente el reequipamiento sino definir en función de las necesidades de la reindustrialización, en condiciones de competir además, con el avance que se ha registrado en otras naciones, modelos de educación técnica que los debemos vin-cular a través de políticas de estado, a las demandas laborales con la necesidad de la for-mación. Esto no significa, como pretenden algunos empresarios, formar mano de obra cautiva. Muchas veces el sector empresario pretende usar los recursos del Estado para formar la mano de obra que ellos precisan en determinada coyuntura. Creo que tiene que plantearse en otro marco: planificar las necesidades estratégicas de un desarrollo industrial vinculadas con nuestro proyecto de país, no solamente con los requerimientos empresarios, que era lo que se hacía en los noventa, y a par-tir de ahí definir políticas en las que tienen que intervenir áreas estratégicas como Ciencia y Tec-nología, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Educación, las organizaciones sindicales, las orga-nizaciones que representan también a los docentes, la Universidad. Habría que conformar un ámbito en el que participemos las centrales de trabajadores y los empresarios, con todos estos ac-tores, una especie de núcleo que permitiera definir políticas estratégicas y utilizar los recursos que si existen en función de las orientaciones que se planifiquen. Desde la CTA, por primera vez vamos a desarrollar proyectos de formación profesional, en un convenio que firmamos con el Ministerio de Trabajo. Hay otros sindicatos que están desarrollan-do experiencias, que en muchos casos son buenas. Incluso algunos sindicatos de la CGT tienen buenas experiencias en ese sentido. Pero son, de todas formas, iniciativas que no forman parte de una estrategia planificada y orientada con un proyecto que nos marque un norte como país. Son simplemente experiencias, que a veces son buenas y otras son pasatiempos que no aportan dema-siado. También en Articulos periodisticos y entrevistas Zelaya afirmó que “Brasil me salvó la vida” El presidente depuesto de Honduras Manuel Zelaya revivió hoy en la sede nacional de la Central de Trabajadores de la Argentina sus experiencias sobre el golpe de Estado que lo sacó del poder. “Es un orgullo recibir en nuestra casa al Presidente legítimo de Honduras, porque Honduras sigue teniendo un presidente y es usted”, afirmó Hugo Yasky, secretario general de la central obrera. “Los argentinos sabemos lo que significa una dictadura”. “Hay que derogar la Ley de Entidades Financieras creada por Martínez de Hoz” Titular de la CTA, destaca el avance de los asalariados en su participación de la renta. Reclama un control del sistema financiero para que deje de estar orientado por el mercado. “Es falso que suba salarial genere inflación” El secretario General de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) en declaraciones a Radio América explicó que “lo que produce inflación es la poca inversión de los sectores empresarios y la remarcación de precios por parte de 150 empresas que dominan el mercado” Yasky: "El Gobierno debe evitar que los trabajadores de Critica queden en la calle El secretario general de la CTA, Hugo Yasky, brindó este jueves un respaldo contundente a la pelea de los trabajadores del diario Crítica por conservar sus fuentes de trabajo. Acompañado por los dirigentes Victorio Paulón (FETIA) y Roberto Pianelli (subtes), Yasky se sumó al reclamo de los trabajadores de prensa para que el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, cumpla con sus compromisos vertidos dos semanas atrás ante la Comisión Interna del diario. "El Estado debe saldar sus deudas publicitarias con la empresa que editaba Crítica para que ese dinero vaya a los salarios de los empleados que no cobran sus sueldos ni el aguinaldo desde hace tres meses", afirmó EL JUEZ BALTASAR GARZÓN FUE HOMENAJEADO EN LA CTA En un acto que se realizó en la sede nacional y encabezado por el Secretario General de la CTA Hugo Yasky, la Central de Trabajadores de la Argentina le realizó un reconocimiento al Juez español Baltasar Garzón por su trabajo contra los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar. Yasky ratificó su rechazo al nuevo mínimo El titular de la CTA reiteró su total disconformidad con la cifra de 1740 pesos acordada para el salario mínimo y confirmó que ese haber tendría que estar en los 2200 pesos para cubrir el costo de la canasta básica La CTA llevará la propuesta de $ 2.347 para el Salario Mìnimo El secretario general de la CTA, Hugo Yasky, señaló que la Central que él encabeza llegará a la reunión de hoy en el Ministerio de Trabajo de la Nación con la propuesta de $ 2.347 de Salario Mìnimo Vital y Móvil. En diálogo con Radio Del Plata, Yasky adelantó que además van a plantear que el Consejo del Salario "no funcione sólo un día una vez al año". Por otra parte, aseguró que propondrán que se aborden temas que la Central considera "gravísimos" como el problema del desempleo. “Demasiados casos de empleo precario” Yasky y Cañón estuvieron en la Casa de la Memoria y la Vida El secretario general de CTA Hugo Yasky y el presidente de la Comisión Provincial por la Memoria, Hugo Cañón, compartieron una charla en la Casa de la Memoria en el marco del 10º aniversario de la creación de ese espacio dedicado a recuperar la memoria colectiva ubicado en el mismo lugar donde funcionó el centro clandestino de detención Mansión Seré Yasky y Cañón estuvieron en la Casa de la Memoria y la Vida El secretario general de CTA Hugo Yasky y el presidente de la Comisión Provincial por la Memoria, Hugo Cañón, compartieron una charla en la Casa de la Memoria en el marco del 10º aniversario de la creación de ese espacio dedicado a recuperar la memoria colectiva ubicado en el mismo lugar donde funcionó el centro clandestino de detención Mansión Seré |
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