[26/12/2005] Existían en el país 17 fábricas militares, con un importante grado de
integración entre las mismas. El proceso de privatización arrasó con
13. Y las restantes permanecen en el Área de Economía. Engranajes estuvo en Córdoba con los compañeros de Lockheed.
La empresa denominada Área Material Córdoba, que en su momento fue la
fábrica de aviones del Estado argentino y orgullo de desarrollo
aeronáutico, fue concesionada a la Corporación Lockheed
Martin en el año 1995. Su traspaso registró diversas irregularidades
agravadas por el carácter estratégico de su producción y porque no
existen hasta la fecha contratos claros en la relación Estado-Corporación.
La primera consecuencia de esa concesión fue el despido de alrededor de
1.000 trabajadores y poco tiempo después de otros 250.
Este proceso se realiza en el plazo de cuatro meses, invirtiéndose
según declaraciones de trabajadores una suma de, aproximadamente,
520.000 dólares para "comprar" dirigentes o sacarse de encima viejos
trabajadores con experiencia sindical. Maniobra que, además de la
reducción drástica de personal, apuntaba claramente a hacer desaparecer
todo vestigio de organización sindical.
Las condiciones de la transferencia establecen la existencia de un
contrato marco por 25 años y contratos individuales a renovarse cada
cinco. La llegada del gobierno de Kirchner encuentra a la fábrica
funcionando sin renovación del contrato.
La visita del ministro de Planificación, Julio De Vido, generó
expectativas respecto a una renegociación más favorable. La empresa
respondió con un lock-out para presionar la continuidad en los términos
que más le convengan. Finalmente se firma un contrato del que se
desconocen los términos, pero que decepciona a los trabajadores
respecto a que implique una superación de los anteriores.
El contrato de esta empresa es también particular porque se establece
en horas, no por producción. Es decir el Estado acuerda el compromiso
de una cantidad de horas y paga por ello. A mediados de octubre se
encontraban pagas por el Estado argentino 160.000 horas, que la
empresa aun no había rendido. Por otro lado la Lockheed muchas veces no
cumple con las horas pactadas aduciendo que no alcanzan para concluir
el trabajo. Por consiguiente se agregan horas que debe pagar el Estado sin una correcta verificación, con desembolsos siderales en muchos casos.
La Corporación Lockheed es la empresa norteamericana, aeronáutica y aeroespacial más grande del mundo. Trabajan en sus distintas plantas 200.000
personas.
En estos diez años, no se ha podido discutir un nuevo convenio
colectivo. Mientras, se han vivido en la fábrica todo tipo de
atropellos y en un clima de terror y miedo al despido, nunca se pudo
responder organizadamente. El personal se va reduciendo
paulatinamente, por un proceso vegetativo por un lado y, por otro,
porque existe una gran movilidad. La empresa implementó una política
de empleo temporario con algunas efectivizaciones, lo que acarrea que
no se pueda formar gente y que la gente nueva - al no generarse
expectativas de estabilidad - termina yéndose por propia voluntad.
Estas fluctuaciones constantes también atentan contra la organización
de los trabajadores. Además de soportar una política de Recursos
Humanos basada en la discriminación, la incomunicación y el amiguismo;
que llega incluso "a recomendar a los nuevos evitar el
contacto con los demás por considerarlos contaminados."
Para completar la complejidad del cuadro actúan al interior de la
fábrica cinco gremios diferentes, dos preexistentes a la Lockheed,
que son ATE y PECIFA, dos gremios aeronáuticos APTA, APA y SITLA
organización nacida en 1995, aun con trámite de inscripción. Se
mantiene, por lo tanto sin resolver un conflicto intergremial. Y la
empresa obstaculiza reiteradamente la posibilidad de la libre elección
de los trabajadores, perpetuando esta situación.
¿Cuándo comenzó este conflicto que están llevando adelante?
Hasta el mes de junio se venía intensificando la protesta y los
reclamos sobre todo por salarios y condiciones de trabajo. También por el reconocimiento de la actividad aeronáutica., por un trato respetuoso, poder elegir libremente el gremio y discutir un convenio. Nosotros estamos muy por debajo de los sueldos de los trabajadores de la empresa en otras filiales, tampoco tenemos las mismas condiciones de trabajo ni la misma tecnología. Aquí estamos por debajo de la media de un obrero automotriz siendo que nuestra calificación es muy alta. El sueldo de un obrero de la Lockheed, con 30 años de antigüedad, es de 1.300 pesos aproximadamente. Se da otra particularidad, el obrero que se inicia entra con un sueldo de 1080 pesos, es decir casi no hay diferencia, lo que trae divisiones y resquemores. El obrero viejo entonces no transfiere conocimiento por temor a quedar prescindible.
De esta forma se corta ese proceso de trasvasamiento de saberes, que
en la rama aeronáutica es imprescindible. En julio se redactó un petitorio que se fue firmando en las distintas secciones y con el que luego se hizo una pegatina en Córdoba., y se publicó en los medios. El efecto insoportable de la situación en la fábrica hizo que el 3 de octubre se comenzara con medidas de fuerza. Comenzamos por asambleas y movidas de protesta. El 5 de octubre se hizo una asamblea convocada por APTA en la que hubo una participación muy importante de trabajadores. Tenemos diferencias políticas e ideológicas con esos compañeros, pero debía primar una cosa: unidad en la acción.
¿Qué piden concretamente?
Pedimos 500 pesos de aumento, porque significa alcanzar el
equivalente al costo de la canasta familiar prácticamente para todos.
A la vez el pago de un porcentaje por antigüedad por los diez años,
desde la instalación de la empresa. Después de dos días de paro el Estado aparece con la conciliación obligatoria en una medida que entendemos preserva los intereses patronales. Era necesario que la empresa siguiera produciendo porque se daba una coyuntura particular. Se estaba procesando un avión colombiano que quedaba parado y detrás había un negocio muy importante. También se estaba acondicionando el avión presidencial, que también quedaba varado. Se atrasaron los programas de entrega para los aviones de la Fuerza Aérea. Todo esto agudizaba la crisis y la empresa presionó fuertemente al Estado. En un primer momento la patronal hace una oferta que significa aproximadamente un 25 por ciento de aumento y 5 por ciento por antigüedad acumulada. Es la primera vez en 10 años que se sentaba a discutir un incremento salarial.
¿Cuál fue la reacción de los compañeros?
Las aguas estaban un poco divididas. La idiosincrasia de nuestra gente
es particular. No podemos olvidar que esto antes se manejaba como una
base militar, por lo que la experiencia en organización fue escasa, la
participación siempre mínima. Se producía en forma un poco
espasmódica, la gente protestaba y luego la protesta caía. La privatización lo que fue un golpe muy importante para el sentimiento de pertenencia, que era muy fuerte en estas empresas estatales. Con esta medida de fuerza, en general, hubo optimismo ya que representaba, de todos modos un avance, considerando que en 10 años el salario sólo se había incrementado vía los decretos oficiales más un magro 8 por ciento por presentismo y 80 pesos en ticket. Pero días después la empresa modifica la propuesta con lo que el aumento queda en apenas un 12 por ciento, y el 5 por ciento en concepto de antigüedad, muy lejos del reclamo inicial y con un efecto muy decepcionante para los trabajadores. El ministerio de Trabajo resuelve la conciliación obligatoria. En esta situación estamos en este momento.