html.
![]() ![]() |
![]() |
|
![]()
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Publicado en Clarín el 7 de mayo del 2006 Discapacidad, una deuda social
[8/05/2006] No cumple ni hace cumplir las leyes que protegen a las personas con discapacidad. Así, más de dos millones de personas enfrentan obstáculos para transitar, estudiar, trabajar o cuidar de su salud. Durante tres semanas, Clarín convivió con sus problemas y sus luchas por salir adelante.
Pablo Calvo. La luna se había escondido y la princesa flameaba, como una vela en el viento. La Banda Sinfónica de Ciegos la esperaba hacía cuatro horas en un rincón del Correo Central. Iban por caminos desencontrados pero, diría Borges, se buscaban como ciegos sus dos soledades. El vértigo del protocolo le imponía a Lady Di esquivar ese concierto para llegar a tiempo a una cena. Corría, la hacían correr, pero un susurro la detuvo. Diana Spencer congeló el apuro de los funcionarios argentinos y escuchó a su corazón. Fue en busca de los músicos y ellos al fin pudieron regalarle una canción de los Beatles: Let it be. Pasaron 11 años de aquel instante, pero ninguno pudo olvidar la suavidad de esas manos. Es tarde de ensayo en San Telmo y el perfume de aquella noche estrellada se hace presente en la sala. Igual que la realidad, porque hoy, el problema de las personas con discapacidad sigue siendo el mismo: casi nadie quiere escucharlos. Con manos que atesoran la caricia de una princesa, los músicos saludan a Clarín y comienzan a tocar El Fantasma de la Opera. Se hace un silencio y luego brota la enumeración de sus problemas: pese a ser una banda única en el mundo, no es invitada con frecuencia a los programas de la Secretaría de Cultura de la Nación; ellos usan el mismo uniforme de hace seis años; y empiezan a acostumbrarse a suspender conciertos porque no reciben plata para los viáticos. Encima, después de 30 años de equiparación salarial con los músicos que ven, un decreto de enero los bajó de categoría. Soplan con bronca sus trompetas, clarinetes y oboes, discuten sobre la calidad del musical Evita y rápido vuelven a la partitura sindical: que les robaron instrumentos y no se los repusieron, que nunca pudieron salir de gira fuera del país y que ni siquiera los invitaron a tocar al Salón Blanco de la Casa Rosada. Con un repertorio sinfónico de 250 obras, aprendido en Braille, estos 70 ciegos que deslumbraron a Lady Di, en noviembre de 1995, hoy se sienten discriminados. Es una sensación que recorre el universo de las 2.176.123 personas con discapacidad que viven en la Argentina, donde existe una legislación moderna -"casi para Suecia", según la presidenta de la Comisión de Discapacidad de la Cámara de Diputados-, pero que tiene un serio inconveniente: no se cumple. Una ley, por ejemplo, reserva el 4 por ciento de los puestos de trabajo de las oficinas públicas a personas con discapacidad, pero nunca fue reglamentada y el cupo laboral no se cubre en ningún lado, revelaron a Clarín los gremios estatales. La Encuesta Nacional de Personas con Discapacidad, que fue presentada el año pasado y es la medición más actualizada sobre el tema, estimó que el 73,9 por ciento de las personas en condiciones de trabajar están desocupadas. El Plan Nacional de Accesibilidad, a su vez, fue pensado para que en la Argentina no se ponga un ladrillo sin antes especificar por dónde pasarán los hombres, mujeres y niños en sillas de ruedas. Pero sólo adhirieron al plan 200 de los 2.172 municipios que hay en el país y todavía no han concretado sus compromisos en obras públicas accesibles. Según la organización no gubernamental Acceso Ya, el 57 por ciento de los bancos del microcentro y el 75% de las escuelas porteñas presentan problemas de acceso. Hasta la Casa Rosada fue apercibida por falta de rampas, lugares de circulación y baños para personas con movilidad reducida, en una actuación del defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino. El ombudsman va más allá, al sostener que "no existen en el país políticas públicas adecuadas para los discapacitados". "Todo es un largo peregrinar que comienza con el nacimiento de un chico con discapacidad. Ningún hospital está preparado para contener a los padres, los médicos evitan dar un diagnóstico, no te explican qué hacer, y uno vuelve a casa sin saber cómo sigue la vida, en la incertidumbre total", relata Celina, una mamá que se esfuerza por encontrar salidas a cada laberinto que le ponen en el camino. Es por eso que su hijo de 13 años, que tuvo estimulación temprana para superar su discapacidad (microcefalia), se hace de amigos en dos minutos y logra una integración que no consiguen chicos con menos apoyo. "Uno se da cuenta después que la contención familiar es clave y que ninguna institución del Estado está preparada para desempeñar ese rol", señala. El nene juega y Dora, la mamá de un joven sordo, convida tarta de manzanas antes de contar lo suyo: "Lo importante es buscar la integración de los chicos con el resto de la sociedad. Muchos pueden ir a escuelas comunes y eso los hace avanzar más que si van a un colegio para sordos". Para comenzar a ejercer sus derechos, las personas discapacitadas deben sacar un certificado oficial, mediante un trámite que se asemeja a una carrera de obstáculos, con hasta nueve meses de demora. "Conseguimos turno el invierno pasado, pero mi hijo será revisado por una junta médica recién este mes", cuenta Patricia, en las grises calles de Barracas. Un minuto de demora es un minuto sin derechos para la persona con discapacidad. Llegar al Servicio Nacional de Rehabilitación -el único lugar de la Capital donde se expiden estas constancias, pese a que los hospitales públicos también podrían hacerlo- no es garantía de avances. Allí, en los bosques de Palermo, uno puede toparse con turnos falsos o gestores que se ofrecen para agilizar la obtención del certificado a cambio de dinero, cuando el trámite es gratuito. El certificado sirve para solicitar un pase libre en el transporte público de pasajeros, hacer trámites vinculados al régimen de asignaciones familiares, obtener el logo del símbolo internacional de acceso para el automóvil y la exención de patentes y hacer cumplir las prestaciones de las obras sociales, que sólo tienen seis de cada diez personas con discapacidad. Por eso es grave que 1.770.709 personas (el 81,8% del total) todavía no cuenten con ese documento, según datos oficiales. "Vendrán después los prejuicios de la sociedad. A mi hija, por ejemplo, los colectiveros no le creen que es sorda porque es bellísima. Es increíble, pero asocian la discapacidad con la fealdad, es un problema cultural". advierte Claudia Vidal, una lectora de Clarín que manda cartas al diario para detallar los incumplimientos de las empresas de transporte, sobre todo las de larga distancia, para con las personas con discapacidad. El presidente de la Comisión para la Integración de Personas Discapacitadas del Gobierno, Jorge Mascheroni (en silla de ruedas por una poliomelitis que lo atacó a los 11 meses) asegura que por primera vez se están implementando políticas nacionales para atender esta larga pila de demandas, algo que cuestionan a coro las fuentes independientes consultadas por Clarín. Cuando se le preguntó al funcionario cuál es el presupuesto total para atender a la discapacidad en el país, Mascheroni contestó: "Sólo Dios lo sabe". Es que los fondos están desparramados por los ministerios que abordan diferentes temáticas: la integración escolar, la atención de la salud, la asistencia social. La Fundación Par sumó los 19 programas vinculados a la discapacidad que aparecen en los últimos datos oficiales disponibles, del año 2003, y calculó que representan unos 635 millones de pesos anuales. "Es mucha plata, pero se pone mal", reconoce Mascheroni. No es tanta plata, calcula la Fundación Par: "Según el estudio que presentamos en el libro ’La Discapacidad en Argentina’, el Estado gasta menos de un peso por discapacitado por día", señala Marina Klemensiewicz, directora de Comunicación y Desarrollo de esa organización. Hay un fondo especial que recauda el dinero de las multas por los cheques sin fondos o mal confeccionados. El año pasado dispuso de 48 millones de pesos, pero lo increíble es que sólo gastó seis millones en financiamiento de proyectos para la población con discapacidad. El resto del dinero volvió al Ministerio de Economía y no llegó a las personas que lo necesitan. En el Congreso llegó a funcionar una Comisión Bicameral Investigadora del Cumplimiento de la Ley de Cheques, pero fue desactivada sin que produjera una sola investigación. De todo este panorama se lamentaban María y César durante un paseo por la Recoleta, ayudados por muletas. El café La Biela estaba cerrado, así que se sentaron en un banco frente a la Iglesia del Pilar. La luna ya se había escondido. Recordaron la película Perfume de mujer, en la que el coronel Slade (Al Pacino) se sobrepone a la oscuridad de su ceguera, salva a un joven estudiante de una injusticia y termina ovacionado por adolescentes que empezaban a comprender los códigos de la vida. En eso lo intercepta una profesora y él le adivina la fragancia "Flores del arroyo", dice, y lo repite en francés. No sabe si alguna vez volverá a sentir su perfume, pero sonríe.
Claudio soñaba con ir a la primera fila, pero lo mandaron a la última De su mamá actriz y su hermano titiritero, Claudio Waisbord heredó la pasión por el teatro. Hasta allí lo acompañaron Gabriela y un periodista de Clarín, que compraron tres boletos en primera fila, a 40 pesos cada uno, para poder disfrutar de cerca los gestos de Julio Chávez, las miradas de Juan Leyrado y la belleza de Natalia Lobo. La obra Ella en mi cabeza era una buena excusa para distenderse luego de una conversación sobre las barreras arquitectónicas que frenan a los discapacitados. La silla de ruedas de Claudio había entrado casi a presión al ascensor del Complejo La Plaza y no había quedado lugar para el acompañante, por lo que este esperanzado espectador tuvo que viajar solo hacia el entrepiso, retirar la pedana de apoyo de su pie izquierdo para que la puerta cerrara, tocar el botón de descenso y abrir las dos puertas sin ayuda. Siguió camino hacia la sala Pablo Neruda, donde lo esperaban dos acomodadoras sonrientes, amables y probablemente merecedoras de buenas propinas. La cara se les transformó cuando constataron que las entradas, en tinta negra y trazo inapelable, decían "Fila 1". Alfombrados, elegantes, pero inaccesibles para una persona cuadripléjica como Claudio, se interponían 16 escalones, espaciados a un metro de distancia cada uno y con la inclinación hacia abajo de un tobogán. Un movimiento en falso lo hubiera hecho caer hasta el escenario. Brotaron las explicaciones, las disculpas, las excusas:
La función del jueves 20 de abril estaba por comenzar y no quedaba tiempo para más debate. El sueño de la primera fila quedaba relegado a la última. Se apagaban las luces cuando apareció una persona con ganas de aliviar la desilusión:
Los gastos de esa noche se redujeron de 120 a 60 pesos. En cambio, la distancia con los gestos de Chávez, las miradas de Leyrado y la belleza de Natalia Lobo creció 20 metros. Gabriela Torcal, la acompañante que atestiguó cada uno de estos diálogos, es directora ejecutiva de la fundación Acceso Ya, dedicada a reclamar el acondicionamiento de lugares públicos para la circulación de las personas con discapacidad. "Hasta el año pasado, era imposible llegar en silla de ruedas hasta la sala Pablo Picasso de este complejo, porque sólo había escaleras empinadas, como ésa", señala, mientras Claudio chequea su altura. El momento es captado por el fotógrafo de Clarín. Le toca al productor cerrar este acto:
A la salida, Gabriela tuvo la idea de pedirles a los medios de comunicación que en el futuro informen en su cartelera de espectáculos sobre el grado de accesibilidad de las salas y si cuentan con baños adaptados. Por otra parte, hay que ser justos, a Julio Chávez, "custodio" de la calidad interpretativa, se lo vio espectacular. Y eso que estábamos lejos. ESCALERA. CLAUDIO NO PUEDE SUBIR POR ALLI. PERO SE ENTERO QUE HACE UN MES SE ABRIO UN INGRESO ALTERNATIVO. Nicolás, el que torció su destino El director de la escuela le dijo a la mamá: "Señora, lo lamento, pero su hijo tiene un problema mental y jamás va a terminar la primaria". Se equivocó: Nicolás Pocovi era sordo, podía integrarse a la educación común. "Un error así puede condenar a un chico a la marginación", dice hoy la mamá, orgullosa de que Nico esté a punto de recibirse de licenciado en informática. Señor director, si en este momento está leyendo el diario, le pasamos un mensaje del protagonista de esta historia: él acepta sus disculpas. Nico logró integrarse: hoy trabaja en el Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, estudia en una universidad privada, juega al tenis y muere por Racing, como todos los que son de Racing. Desarrolló el habla con ayuda de una fonoaudióloga y recientemente recibió el implante coclear, un dispositivo eléctrico que estimula su nervio auditivo y ya le permitió recibir los primeros sonidos: el timbre, la campanilla del teléfono, el llamado de su mamá desde la cocina: "Nico, a comeeeeer". El proceso de incorporación de sonidos es lento y puede detenerse en cualquier momento "pero yo ya lo sé y no me hago expectativas exageradas: si sirve, perfecto, pero si no, seguiré comunicado por otras vías", relata. Nico manda mails, recibe mensajes de texto, lee los labios del periodista de Clarín y contesta la pregunta: "Sí, mis compañeros de escuela siempre me trataron muy bien y eso estuvo buenísimo, porque me sentí uno más". Para devolver el cariño recibido, viajó dos veces como misionero a Tucumán, llevando ropa, libros y comida. Hoy, Nico tiene la mochila cargada de apuntes. Y tiene también algo para decir: "Acepté la entrevista para transmitir un mensaje a las personas con discapacidad: con perseverancia, todo se puede. Y nunca es tarde para intentarlo". La desoída lucha de Raúl "Señor Presidente de la Nación: Desde la noche del 24 de abril estoy en Plaza de Mayo solicitando que se cumpla la Ley 22.431 de discapacitados, que hace referencia al empleo". Lo escribió Raúl Rodríguez en una de las 100 cartas que mandó a las autoridades para pedir trabajo. Nunca se lo consiguieron y, por eso, Raúl sigue instalado con su banquito al pie de la Pirámide de Mayo, escenario de los reclamos más trascendentales de la historia argentina. Con una pierna ortopédica que usa desde que se accidentó en 1996, cuando trabajaba como guarda del ferrocarril Sarmiento, Raúl se para de tanto en tanto para repartir volantes con su petitorio y para charlar con otras personas discapacitadas que se arriman a alentarlo. Clarín estuvo con él una tarde, una noche y una mañana. La conversación siempre llevó el mismo hilo: agradecimiento por la charla, indignación por lo que le sucede y ansiosa espera. "Un premio injusto", dice Martín A 25 kilómetros por hora, Martín Sharples corre en su silla de ruedas por las calles que rodean los lagos de Palermo, dispuesto a dar pelea. Se prepara para participar de la sexta Maratón Internacional de Buenos Aires en octubre, si cambian las condiciones. Martín se indignó al constatar que los premios previstos son inferiores para las personas con discapacidad, algo que la defensora del Pueblo adjunta de la Ciudad, Graciela Muñiz, considera "discriminatorio". El primer premio de 4.000 pesos para los atletas "convencionales" se reduce a 700 pesos en el caso de las personas en sillas de ruedas y a 350 pesos para los ciegos, según la página oficial de Internet www.maratondebuenosaires.com.
"Si nosotros discriminamos, se discrimina en todo el mundo, porque lo mismo ocurre en las principales maratones internacionales. Seguimos esas reglas", alegaron los organizadores, de la Fundación Ñandú, ante la consulta de Clarín. Martín tiene 39 años, perdió una pierna en un accidente en moto y cobra una jubilación por invalidez de 400 pesos. "No hago el reclamo por un capricho, sino porque creo que es lo justo", señala. Y vuelve a entrenar.
Aprender a mirar Silvia Fesquet. Se cansó de protagonizar hazañas. A nado cruzó el canal de la Mancha y el estrecho de Fehmarnbelt, en el mar Báltico (que le valió entrar a los récords del Guinness, por haberlo hecho en poco más de 11 horas); rodeó la isla de Manhattan y soportó las heladas aguas de la Antártida. Pudiendo hacerlo, no cedió a la tentación. Porque hubiera tenido justificativos, María Inés Mato, para instalarse en el lamento y preguntarse, una y otra vez, qué hacer con la pierna que le faltaba, ésa que perdió en un accidente a los 4 años. Afortunadamente, ella lo tenía claro: lo importante no era lo que faltaba, sino todo lo que había. Y con lo que había, sobraba. El de María Inés es apenas un ejemplo, no sólo de lucha, coraje y entereza, sino también de sabiduría. En vez de mirar lo que falta, se trata de aprender a mirar lo que hay, lo que está, lo que es. Y la esencia de una persona tiene que ver con todo su riquísimo bagaje de sentimientos, habilidades, dudas, sueños, miedos y creencias. Nunca con un brazo que falta, una pierna que renguea, un oído que no oye o un ojo que no ve. A millones, sin embargo, esas carencias los obligan a enfrentar, día tras día, desafíos más apremiantes que los que ha logrado sortear María Inés. Miradas censuradoras, despectivas o indiferentes suelen acompañar las imposibilidades con que chocan. Con que los hacemos chocar, desnudando nuestra propia discapacidad, nuestra incapacidad absoluta, nuestra abismal intolerancia para aceptar aquello que no es ni mejor ni peor sino, simplemente, diferente. También en Noticias de interés general Destacan acciones de organizaciones que trabajan en temática de la discapacidad En Formosa existen varias organizaciones sociales de discapacidad, las cuales desde hace varios años trabajan desarrollando acciones vinculadas a esta temática. A nivel provincial, estas organizaciones forman parte del Consejo Provincial para la Atención, Promoción e Integración de las personas con discapacidad. Ofrecen servicios de atención y estimulación temprana, rehabilitación física y neurológica, kinesiología y nebulizaciones, asesoramiento a la comunidad en temas relativos a la discapacidad, recreación y deportes, artística y folklore, talleres polivalentes para el aprendizaje de un oficio, programas de empleo comunitario en articulación con Gerencia de Empleo Formosa, todos servicios destinados a las personas con discapacidad de la comunidad. “Este espacio nace para la lucha, para la contención” Con las palabras del secretario general de la CTA Corrientes, Feliciano Romero, que propuso: “No al yo, pensemos como nosotros”, se rescató el trabajo en conjunto realizado en las comisiones de salud, educación y trabajo, en el marco del III Encuentro Regional de Discapacidad que concluyó el viernes. Construyendo poder para seguir avanzando Se inició ayer en San Salvador de Jujuy el III Encuentro Regional de Discapacidad. Durante la jornada el secretario de Discapacidad de la CTA Nacional, Carlos Ferreres, llamó a “tomar conciencia del poder que tenemos para poder seguir avanzando” y hablo sobre el futuro, sobre los niños: “hijos del pueblo, los necesitamos para hacer un país que merecemos”. “El Derecho tiene que ser un instrumento de transformación” Así lo planteó Horacio González, abogado asesor de la CTA en Seguridad Social, en el marco de las Jornadas de Capacitación que promueve nuestra central. Junto a León Piasek, abogado Laboralista y María Terragno, abogada, integrante de la Asesoría Jurídica de ATE, sentaron las bases para un accionar concreto que logre hacer reales y efectivos los derechos. Se creó el cargo de Maestro Intérprete En la lucha por más y mejores condiciones de trabajo y en defensa de la educación de todos los estudiantes, el gremio de docentes bonaerense impulsó la creación del cargo de Maestro Especial Intérprete de Lengua de Señas Argentina (LSA). Una vez más la acción gremial da repuestas. Los aspectos legales de la discapacidad El viernes 26 de junio se realizará en la sede nacional de la CTA el IV encuentro que dará cierre a las Jornadas de Capacitación y Promoción de Derechos en el Ámbito de la Discapacidad. El NEA convocado por la discapacidad Con la presencia de los secretarios generales de las CTA Formosa, Corrientes y Misiones se realizó la segunda jornada de trabajo. Se destacaron las particularidades regionales, el esfuerzo y el compromiso de los trabajadores respecto a la temática así como la fuerte necesidad de crear áreas de discapacidad dentro de las centrales regionales. “Nuestro modelo productivo genera discapacidad” Así lo afirmó Juan Pasaman, secretario general de la CTA Misiones, en la apertura del II encuentro Regional de Discapacidad que comenzó hoy en la capital provincial y que se extenderá hasta mañana. La presencia de representantes del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, la Comisión Nacional de Discapacidad e importantes delegaciones ceteatistas de Chaco, Formosa, Entre Ríos, Corrientes y Misiones, refuerza el compromiso en la consecución de los derechos de las personas con discapacidad. MAESTRO ESPECIAL INTÉRPRETE DE LENGUA DE SEÑAS ARGENTINA SUTEBA continúa peleando por más y mejores condiciones de trabajo para nuestras/os compañeras/os, junto con la defensa permanente del Derecho a la Educación de todos los estudiantes. “La Discapacidad no es un problema de especialistas” En estos términos, Liliana Díaz, responsable del área de salud de la Secretaria de Discapacidad de la CTA, desarrolló el tercer módulo de la capacitación que organiza nuestra central junto a la Fundación Trabajo y Justicia Social. También expuso el Equipo Docente de Capacitación en Salud Laboral de ATE provincia de Buenos Aires, cuyo aporte avanza en la comprensión de que la discapacidad es un tema que compromete al conjunto de los trabajadores. |
| |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||