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“Fue un embarazo que duró 32 años” [16/02/2009] Es hija de ANTONIO DOMINGO GARCÍA Y BEATRIZ RECCHIA. El caso se resolvió a través de una causa judicial a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien debe definir la situación de los apropiadores. La joven conoció ayer a su hermana, Juliana García Recchia.
(F: Pagina/12)
- Por Victoria Ginzberg. Los ojos cansados pero brillantes de Juliana García Recchia decían casi todo. Sus lágrimas y su risa, el resto. Por la mañana había visto a su hermana. La había abrazado. Y había esperado 32 años para eso. “Yo recuerdo la panza de mi vieja. Yo tocaba a mi hermana a través de la panza. Ese contacto físico... no hay palabras. No puedo creer que nos hayan robado esto, que nos hayan robado 32 años”, dijo en la casa de las Abuelas de Plaza de Mayo. Así se anunció la identificación de la hija de Antonio Domingo García y Beatriz Recchia, que hasta ayer estaba desaparecida. El 12 de enero de 1977, efectivos del Ejército vestidos de civil irrumpieron en la casa en la que vivían García y Recchia en Villa Adelina. El era maestro y ella maestra jardinera y se habían conocido en un taller de historia. Participaban de grupos católicos, de allí pasaron a militar en barrios y luego en la organización Montoneros. Los vecinos de su casa de Villa Adelina relataron que en el operativo hubo unos treinta militares y que se produjo un tiroteo. García fue asesinado y enterrado como NN en el cementerio de Boulogne. Recchia, que estaba embarazada de cinco meses, fue secuestrada y llevada al Campito, el centro que funcionó en Campo de Mayo. No hubo más noticias de la mujer y de la niña que parió en cautiverio. En la vivienda de Villa Adelina también estaba Juliana, de tres años, la hija mayor del matrimonio, que fue entregada a su abuela materna ese mismo día. La hija menor, que nació en una maternidad clandestina, se convirtió en el caso 97 resuelto por las Abuelas de Plaza de Mayo.
La identificación se hizo a través de una causa judicial que está a cargo de la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, quien ordenó un análisis de sangre sobre una joven que los abogados de Abuelas señalaron como posible hija de desaparecidos. El resultado del estudio de ADN realizado por el Banco Nacional de Datos Genéticos del Hospital Durand llegó el jueves y ayer Juliana y su hermana se enteraron de que había dado positivo. “Soy la persona más feliz del mundo. Los mejores momentos de mi vida tienen que ver con los nacimientos, con los nacimientos de mis hijas y con el de mi hermana. Mi hermana nació hoy, cuando supo que era hija de Antonio Domingo García y Beatriz Recchia. Fue un embarazo de 32 años que tuvo mi vieja y fuimos varios los parteros. Esto es una búsqueda de todos”, dijo Juliana, rodeada de mircófonos, con la voz quebrada pero segura. Estela Carlotto, al abrir la conferencia de prensa, había señalado que se trataba de “una historia de perseveraciones, de Abuelas y de nietos que buscan a sus hermanos y se buscan a ellos también”. Este caso volvió a dejar en evidencia el rol activo en la búsqueda de sus hermanos que tienen los hijos de desaparecidos: Juliana trabaja desde hace años en Abuelas de Plaza de Mayo. “Me desespera haber perdido esos 32 años con mi hermana, me desesperan que las abuelas y los otros familiares no tengan esta posibilidad del encuentro; mis cuatro abuelos no la tuvieron porque se murieron en el camino. Tenemos que encontrarlos a todos.” A pesar de sentirse como en el aire (“No caigo, no caigo”, les decía a todos), Juliana fue clara en pedir que los detalles del encuentro con su hermana fueran preservados. Solicitó, además que no se difundiera el nombre con el que la joven vivió estos 32 años (N. de R: por eso no se mencionan aquí ni ese dato ni la identidad del apropiador). “Cada uno debe hacerse cargo de las cosas que hizo”, se limitó a decir cuando le preguntaron por la situación de los apropiadores. Carlotto agregó: “Un apropiador es un delincuente. Acá y en cualquier lugar del mundo”. Arroyo Salgado deberá expedirse sobre el tema. Juliana se tomó un momento para reclamar por los cuatrocientos casos de hijos desaparecidos que siguen sin saber quiénes son: “A veces siento que estamos jugando a las escondidas. Que en el caso por caso no vamos a poder llegar a todos. Acá hubo un genocidio, un plan sistemático de apropiación, no podemos seguir por el caso por caso. Hay que pensar qué hacemos. Hay una generación entre el ’75 y el ’80 cuya identidad está en duda”. También en Noticias El derecho a la identidad es inseparable del derecho a la libertad Buscar a alguien es desesperante y esperanzador, porque el encuentro es tan reconfortante, que hace que se pueda sostener el camino previo. Cuando las Abuelas ven el abrazo de un nieto con su abuela, además de sentirse parte del encuentro, saben que algún día podrán tener el suyo. Y eso mueve todo. uicio a genocidas en Tucumán: H.I.J.O.S. pide cárcel común, perpetua y efectiva De a poco la verdad va saliendo a la luz Cuando empezamos a decir que la dictadura del ´76 fue cívico-militar parecía muy lejano ver a los genocidas condenados a cárcel común, con reclusión perpetua y efectiva. Y más lejano aún parecía ver a los cómplices civiles siendo juzgados. Haciendo historia con la Justicia Empezaron los Juicios a los represores de la última dictadura cívico-militar. Primera noche en una cárcel común El último presidente de la dictadura militar, el ex general Reynaldo Bignone, fue condenado como coautor de medio centenar de privaciones ilegales de la libertad y torturas, cometidas en Campo de Mayo en 1977. Condenados Causa Campo de Mayo El Tribunal de San Martín condenó a Reinaldo Bignone a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo durante la dictadura y le revocó la prisión domiciliaria. Junto al dictador fueron sentenciados otros cinco represores. Todos deberán cumplir la condena en una cárcel común. Los cómplices del hambre de hoy son los mismos que ayer Comunicado de Prensa- H.I.J.O.S. Tucumán: Juicio al represor Bussi Discurso leido en la plaza de Mayo 24 de marzo de 2010 |
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