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UNA REFLEXIÓN DESDE LA ARGENTINA [27/04/2009] Para los trabajadores Argentinos y del mundo todo, la actual crisis económica global ha adquirido una dimensión extremadamente preocupante pues, como siempre, en la lógica capitalista los platos rotos los terminamos pagando los trabajadores y los sectores populares.
La crisis no es el resultado de equivocaciones de políticas económicas y de malas prácticas de los gestores y directivos de los fondos de inversión y de los bancos, sino de la aplicación a escala global de un modelo económico y político basado en profundizar las desigualdades, favorecer la concentración, la especulación financiera y la aniquilación del medioambiente.
En definitiva, se trata del fracaso rotundo del las políticas neoliberales que se convirtieron en dogma durante la década de los 90 a partir del Consenso de Washington
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De donde venimos y donde nos encontramos Los acuerdos de Bretton Woods en 1944, tras la Segunda Guerra Mundial, constituyeron el último gran ajuste del sistema internacional. La creación de instituciones como el FMI, y el Banco Mundial, fue concebida, en aquel momento, en un mundo en que los actores convocados eran los Estados nacionales, en la búsqueda de un nuevo escenario de paz mundial y la instalación del “Modelo de Bienestar”, con mayor producción, empleo y distribución de la riqueza. En este contexto y temerosos frente a los avances del campo popular, cada vez más organizado y disputando, palmo a palmo, no sólo la distribución riqueza sino la integralidad del sistema político y económico, se produjo la reacción de los factores de poder que utilizando las más diversas y deplorables metodologías ( fraude, mentiras, inestabilidad política, golpes de estado, genocidios, guerras, etc.) acceden al control de los gobiernos de las principales potencias mundiales y comienzan una sistemática acción de imposición de una nueva visión del mundo, la que conocemos como la consolidación a nivel planetario del modelo neoliberal o pensamiento único. Como parte de ese proceso los organismos multilaterales, como el FMI o Banco Mundial entre otros, se convirtieron en los principales instrumentos de imposición de las políticas definidas por el poder central, relegando a los Estados nacionales de los países al papel de mero gestor de las mismas. En la actualidad han irrumpido nuevos actores y nuevos espacios económicos globales. Estos grupos económicos, que han generado una concentración de riqueza y poder político inconmensurable, hoy actúan, completamente des-regulados, por encima de los estados imponiendo sus mezquinos intereses por sobre el interés general. La grave crisis del sistema financiero en los países del norte, cuyo detonante fue las hipotecas basura, se ha trasladado a la economía real, que se encuentra con dificultades de financiamiento crediticio y fuerte retracción de la demanda y consumo. Como consecuencia, lo que parecía en un primer momento que eran dificultades de liquidez, se ha puesto de manifiesto como una crisis sistémica. Desde hace tiempo los trabajadores venimos advirtiendo sobre los peligros que entrañan la expansión económica ficticia sustentada en el juego de la especulación financiera. Además de las inestabilidades e incertidumbres estos procesos especulativos facilitaban el enriquecimiento excesivo de unos pocos, de forma rápida y fácil. Las operaciones de ingeniería financiera, los paraísos fiscales y las emisiones de bonos de alto riesgo sin control contribuyó a alimentar la hegemonía del capital financiero. Todos esto, totalmente desvinculado de la economía real, de la producción de bienes y rentabilidades razonables. El estallido de esas burbujas fue la crónica de una muerte anunciada, que los gobernantes prefirieron no ver mirando hacia otro lado. Tanto es así que muchos de los bancos que hoy son arrastrados a la quiebra pretendían actuar como rectores de desempeño de las economías de los países periféricos. Este capitalismo enfermo, sin capacidad civilizatoria, profundizó además las desigualdedes y modelos económicos concentrados en medio de mares de exclusión social, condenando a la gran mayoría de los habitantes del planeta a la más humillante situación de hambre y miseria. Como los que bailaban en el salón de lujo del Titánic, los años de expansión y de euforia del supuesto bun económicos de las naciones centrales era elogiado y puesto como modelo por los grandes medios de comunicación y las fundaciones que actúan como usina ideológica de los grande intereses económicos a nivel planetario. Para explicarlo en términos muy sencillos: el capitalismo contemporáneo es un sistema fuera de control. No hay normativas ni instituciones de escala global capaces de regular los flujos virtuales de capital, sea que se trate de especulación financiera, sea que se trate de bienes o servicios. La expansión del capitalismo ha entrado en su fase global, pero el ámbito político mundial sigue anclado a una estructura arcaica y cada día más descompuesta. Hoy no se trata sólo de tomar medidas duras en el ámbito nacional y, ni siquiera basta que toda la Unión Europea o Estados Unidos adopten políticas enérgicas frente a la crisis. Los principales indicadores económicos y sociales nos señalan que la crisis se acelera y que el aumento de ritmo apunta hacia una gran involución, cuyo alcance todavía resulta difícil de prever. En los Estados Unidos el estado militarista e interventor nunca se retiró de la escena y en las otras grandes potencias la intervención voluntarista del Estado estuvo siempre presente, aunque al servicio de un capitalismo globalizado y financierizado cuya dinámica terminó por desquiciar y corromper profundamente a los sistemas institucionales en los que se apoyaba Sólo en el mes de enero en Estos Unidos se perdieron 598.000 puestos de trabajo, en tanto 234.000 hispanos residentes en ese país se quedaron sin empleo. Dada la gravedad de la crisis, que en principio cuestiona seriamente la subsistencia de importantes empresas e instituciones, con riesgo de propagación rápida sus efectos sobre las inversiones, la producción y del empleo, los gobiernos de los países desarrollados y en desarrollo han implementado una serie de medidas, que suman cifras multimillonarias de los recursos fiscales, como fondos de salvataje a los grupos empresarios e instituciones afectados, rebajas tributarias, el aumento de liquidez de la economía y las alteraciones en la tasa básica de interés y las tasas de cambio, etc. La crisis y la Argentina Debemos recordar que la Argentina viene de sufrir las consecuencias de la aplicación de estas políticas antes descriptas a lo largo de las últimas décadas y con más profundad en los años noventa. Esto derivó en el estallido social del 2001, quizás la crisis política y económica más profunda de su historia. Luego del proceso de recuperación económico iniciado en el 2003, la crisis encuentra a nuestra nación en una situación de menor vulnerabilidad que en otras ocasiones, dado que hoy existe un elevado nivel de Reservas Internacionales, acompañado de un superávit en el comercio internacional, un saldo positivo de las cuentas públicas. Hoy ya son palpables los efectos de esta crisis importada. La incertidumbre está generando comportamientos defensivos por parte de los empresarios que rápidamente recurren a los despidos preventivos y a la reducción de las horas de trabajo. En lo concreto esto se traduce en suspensiones y despidos que por el momento afectan más al sector de los trabajadores contratados y precarios. Debe señalarse que en la mayoría de los casos, estas medidas están más vinculadas a decisiones impuestas por las casas matrices de las multinacionales, que transfieren programas de ajuste a sus subsidiarias del tercer mundo, que a la realidad económica y productiva local. También muchas de estas actitudes se gestaron a partir del denominado conflicto rural, que marcó el ritmo político más que el económico, ya que lo que estuvo en discusión fue la potestad del gobierno de intervenir en la puja distributiva. Algunas ideas de cómo enfrentar la Crisis Ante una nueva demostración del fracaso de las ideas neoliberales, que endiosaban al mercado, se hace imprescindible recuperar el papel regulador del Estado, cuya responsabilidad ineludible es ocuparse de mantener los equilibrios de la economía y garantizar la calidad de vida de las personas. Para ello debemos garantizar un nuevo papel para el Estado en esta etapa post- neoliberal que tenga como objetivo central la redistribución de la riqueza a través de la política fiscal. Es necesario también disputar por el aumento y correcta aplicación de los recursos presupuestarios, sabiendo que la asignación del gasto público constituye un elemento redistribuidor tanto en dinero como en especie. Estamos ante un gran desafío pero también ante una gran oportunidad Consideramos imprescindible que los gobiernos de los países de América Latina y Caribe y organismos que administran los procesos de integración – MERCOSUR, UNASUR - intervengan activamente en este proceso y revaloricen el papel del Estado en la regulación del mercado, gerenciamiento de la economía y la promoción de la producción. La integración sudamericana es una de las opciones estratégicas de los gobiernos de la región y por lo tanto debe constituir un tema central en las definiciones políticas del movimiento gremial organizado. La lógica de los sectores del capital de defender el lucro de sus negocios sin mirar más allá de sus narices puede dejarnos encerrados en la lógica de eventuales salidas individuales que a la larga resultarán contraproducentes. Va en el interés de la clase trabajadora de todos nuestros países profundizar los procesos regionales de integración, implementando circuitos productivos de complementación, basados en la expansión de los mercados internos, mejorando la calidad de vida sectores populares para incorporando masivamente al consumo En el plano interno, tal como se esta planteando a nivel continental bajo la consigna “La crisis no pagaremos los trabajadores” se hace imprescindible interpelar a los gobiernos a que adopten medidas urgentes que consoliden un verdadero blindaje social que garanticen el empleo, el salario y los derechos de los trabajadores. Si queremos mantener el crecimiento hay que preservar el empleo, mejorar el salario real y poner límite a las ganancias empresarias. De ninguna manera podemos aceptar que los cuantiosos recursos fiscales pongan la intervención de los Estados al servicio de la “socialización de las pérdidas” del sector financiero y productivo. Subsidiar a los grupos empresariales sin garantizar contrapartida por parte de estos y un modelo distributivo más justo significará seguir cortando el hilo por lo más delgado. Es responsabilidad indelegable de las organizaciones que representamos a los trabajadores accionar en pos de la plena vigencia de todos los derechos laborales y sindicales, la lucha contra la precarización de los empleos, la protección social con la aplicación de políticas universales para los más vulnerables, la defensa del salario, deberán ser el nuevo paradigma del accionar de los gobiernos. La CTA junto con otras organizaciones que agrupan a pequeños productores de la ciudad y el campo, elaboró el siguiente plan de medidas anticrisis : Defender los empleos, los salarios y los derechos de los trabajadores. Proponemos la sanción de una Ley de emergencia ocupacional, prohibiendo por seis la ruptura del vínculo laboral. En tanto, abogar por la sanción de una ley que prohíba los despidos sin causa justificada. Propiciar el proceso de discusiones paritarias con el objetivo de sostener el nivel adquisitivo de los salarios, para incentivar la capacidad de demanda de los sectores populares apostando a fortalecer el mercado interno. Discutir la aplicación de políticas para la generación de empleo , tanto en el sector privado como en el sector público, atendiendo a los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad. Para construir un nuevo modelo económico y productivo Aplicar políticas de fomento que privilegien a las pequeñas y medianas empresas y a la actividad regional. Demandar la ejecución de un fuerte plan de inversiones públicas que sostenga la actividad económica, favoreciendo la inversión reproductiva e implementando planes sociales de viviendas con fuerte efecto multiplicador. Rediseñar el impuesto a las ganancias, eliminando las actuales exenciones a las rentas financieras, las operaciones de bolsa y a las ganancias de capital. CONCLUSION El desafío que se nos presenta hacia delante nos impone la necesidad de superar las visiones de corto plazo y de trascender los límites corporativos que, no pocas veces, nos terminan aislando de otros sectores populares. Resulta esencial desarrollar articulaciones con las distintas expresiones del campo popular para evitar que las presiones de la crisis nos terminen empujando al callejón sin salida de la lucha de pobres contra pobres. LA CLASE TRABAJADORA NO PAGARÁ LA CRISIS Y NO ACEPTAREMOS RETROCESOS. HUGO YASKY También en Editoriales Nota de opinion del secretario General de la CTA publicada en el diario Pagina 12 del dia domingo 14 de marzo del 2010. La culpa es de los oligopolios Nota de opinion En este articulo encontraran la ponencia que presentara el Compañero Hugo Yasky en nombre de la Conduccion Nacional de la CTA en la Audiencia Publica convocada en el dia de hoy por el Honorable Congreso de la Nacion en referencia al tratamiento de la Ley de Comunicacion Audiovisual Mensaje de Hugo Yasky a los trabajadores En este enlace encontraras un mensaje de Hugo Yasky, Secretario General de la CTA a los trabajadores previo a la Jornada Nacional de Movilización Consejo del Salario y desigualdad social Ayer sostuvimos en la reunión plenaria del Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario lo que la CTA reclama hace años: Es necesario crear políticas públicas destinadas a los más desprotegidos y con menor capacidad de intervenir en el reparto de la riqueza. La convocatoria al diálogo social se da en un momento en que se están haciendo sentir con más fuerza los efectos combinados de la crisis mundial y del cuello de botella del proceso de recuperación económica iniciado en el 2003. Un blindaje social impostergable Hace veinte años, una reducida pero poderosa parte de la humanidad, la que vive a expensas del resto, descorchó botellas de champaña para brindar por la caída del Muro de Berlín y la derrota del campo socialista. Por Hugo Yasky LA CTA APOYA EL PROYECTO DE REESTATIZACION DEL SISTEMA PREVISIONAL Documento leido en la Camara de Diputados de la Nacion en defensa de la Re-estatizacion del Sistema Previsional La agenda social contra viento y marea El análisis de Hugo Yasky: Secretario General de la Central de los Trabajadores de la Argentina |
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