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CTA - Observatorio del Derecho Social // Boletín Electrónico // Año 05 Nº 41 Por Observatorio del Derecho Social
[9/03/2010]
Observaciones preliminares El análisis de las características que presentó la dinámica del conflicto y la negociación colectiva durante el año 2009 permite detectar la existencia de rupturas y continuidades con relación al patrón experimentado durante los años anteriores. Tal como lo señalamos un año atrás, al presentar el informe correspondiente al año 2008, la irrupción de la crisis económica internacional, sumada a los obstáculos que ya enfrentaba la economía de nuestro país, se proyectó hacia las características asumidas por el conflicto laboral y la negociación colectiva. En tal sentido, resulta significativo el incremento de los conflictos vinculados a situaciones de crisis y la reaparición, dentro de los contenidos de la negociación colectiva, de cláusulas y acuerdos referidos a esta materia. Sin embargo, ello no impidió una continuidad en la negociación salarial, aunque con una modalidad distinta a la existente en los años anteriores. En efecto, durante el primer semestre del 2009, en el momento de mayor incertidumbre respecto de los alcances de la crisis, se celebraron numerosos acuerdos salariales que establecieron sumas por única vez, mientras que en el segundo semestre se retomó la negociación de escalas salariales a nivel de actividad. Asimismo, también persiste la incorporación de cláusulas de flexibilidad laboral en la negociación no salarial, principalmente en materia de organización del trabajo, a través de la polivalencia funcional, y de jornada de trabajo, a través del establecimiento de turnos fijos o rotativos y el fraccionamiento de las vacaciones. En este aspecto, la negociación no salarial continúa presentando una fuerte continuidad respecto de las características que asumió durante la década de los ’90. En cuanto a los sujetos, resulta destacable la creciente presencia de los ámbitos locales de la organización sindical (sindicatos de base, comisiones internas, cuerpos de delegados) tanto en el conflicto como en la negociación colectiva. En este proceso de descentralización confluyen diversos factores. Por un lado, los cambios en las condiciones socioeconómicas, ya que los conflictos y las negociaciones vinculadas a situaciones de crisis se desarrollan mayoritariamente a nivel de empresa, mientras que los conflictos por reivindicaciones económicas, en términos relativos, asumen en mayor medida la forma de conflictos por actividad. Asimismo, continúan siendo significativos, aunque con una reducción respecto de los años anteriores, los conflictos de representación, que también se expresan habitualmente en el ámbito de la empresa. Estas transformaciones, a su vez, deben ser relacionadas con cambios en factores institucionales que también contribuyen a explicar el fenómeno de descentralización del conflicto y la negociación. En particular, el avance jurisprudencial en materia de protección de la actividad sindical en general, y de la libertad sindical en particular, ha fortalecido especialmente la capacidad de acción de los niveles inferiores de la estructura sindical (sindicatos de base, comisiones internas o grupos de trabajadores con formas menos institucionalizadas de organización), y ello puede redundar en una mayor posibilidad de obtener reivindicaciones en los lugares de trabajo. Finalmente, este proceso podría estar redundando en una pérdida de la capacidad de control vertical de las instancias superiores de la estructura sindical, ya que si bien dichos ámbitos incrementaron su capacidad de acción en los últimos años, lo hicieron en menor medida que los niveles inferiores de la organización. De esta manera, toda la estructura sindical, en comparación con la década de los ’90, se ha visto fortalecida. Sin embargo, este proceso ha favorecido, en términos relativos, a las instancias inferiores de la estructura sindical, lo que se traduce en una creciente descentralización principalmente de los conflictos, y en menor medida de la negociación colectiva, y en una mayor capacidad de acción de los niveles superiores de la organización para obtener reivindicaciones, mayoritariamente económicas, a nivel de la actividad. Al respecto, los contenidos de la negociación continúan siendo mayoritariamente salariales, y dentro de la negociación salarial el incremento de los básicos de convenio en las negociaciones por actividad se encuentra, en promedio, entre el 18% y el 21%. La manipulación de las estadísticas oficiales sobre los niveles de inflación por parte del Gobierno Nacional nos impide realizar afirmaciones tajantes sobre la evolución real de las remuneraciones. Sin embargo, aún así es posible suponer que, de considerar mediciones alternativas de la inflación, los básicos de convenio no habrían experimentado una reducción en términos reales durante el año 2009. Resulta llamativo que ello se verifique en el marco de conflictos que se explican, mayoritariamente, por la existencia de situaciones de crisis. En otras palabras, los salarios básicos de convenio, en promedio, no se habrían reducido en términos reales, en un contexto donde casi la mitad de los conflictos registrados en el sector privado se refirieron exclusivamente a despidos, suspensiones, falta de pago de salarios, entre otras causas, y donde no se han generalizado grandes conflictos salariales de actividad por reivindicaciones económicas. La explicación de este fenómeno requiere de un mayor análisis, que excede el marco de este informe. Sin embargo, estimamos que dicha tarea deberá considerar las siguientes dimensiones. Por un lado, tal como hemos reseñado anteriormente, el avance en materia organizativa y de acción colectiva que han desarrollado los trabajadores y sus organizaciones sindicales en los últimos años, en muchos casos a pesar de la existencia de conflictos de representación sindical aún no resueltos. En segundo lugar, los equilibrios resultantes luego de la salida de la convertibilidad, que requieren, por parte del sistema político, la realización de concesiones frente a las demandas de los trabajadores, a fin de posibilitar su legitimación y su subsistencia en cuanto tal. Finalmente, la persistencia en amplios sectores del capital de márgenes de rentabilidad que operan como condición de posibilidad para la profundización de la puja distributiva. Por cierto que la persistencia de la recuperación salarial de los trabajadores encuentra una resistencia creciente por parte de los empleadores. En tal sentido, la aceleración de la inflación durante los últimos meses constituye un ataque directo al salario real, y opera necesariamente como una presión al alza en las demandas de los trabajadores en la actual ronda de negociación salarial. Asimismo, también favorece la posibilidad de incorporar cláusulas tendientes a reabrir las negociaciones en el segundo semestre del año. Finalmente, no podemos dejar de advertir que persiste en la estructura ocupacional de nuestro país una fuerte fragmentación, que opera como un límite a la extensión de los derechos plasmados en la negociación colectiva, en tanto estos derechos solo benefician directamente a los trabajadores registrados, que al tercer trimestre de 2009 representaban tan solo el 47% del total de ocupados, quedando fuera los trabajadores no registrados, los cuentapropistas y los trabajadores desocupados. Entre estas tres categorías suman aproximadamente siete millones de trabajadores que no están comprendidos dentro de los convenios colectivos de trabajo. Esta situación nos obliga a matizar las conclusiones referidas a la negociación salarial. En efecto, la información proveniente del INDEC expresa que, al tercer trimestre de 2009, el 50% de los ocupados percibía, de su ocupación principal, ingresos menores a $ 1.500 mensuales, suma que resultaba apenas superior al salario mínimo, vital y móvil, y muy inferior al promedio de los básicos inferiores previstos en las escalas salariales negociadas a nivel de actividad ($ 1.763 mensuales). De esta manera, los efectos de la negociación colectiva sólo se proyectan directamente sobre la porción de trabajadores que se encuentra en los estratos superiores de la pirámide de ingresos, mientras que su extensión al conjunto constituye, aún, una tarea pendiente. Síntesis estadística Conflictividad laboral En el año 2009 se registraron 432 conflictos laborales, de los cuales 318 corresponden al ámbito privado y 114 al sector público. Esta cifra representa una caída del 12% con relación al año 2008. Durante el año 2009 se produjo una modificación en la dinámica de la conflictividad laboral, a partir de cambios en su distribución anual y en el contenido de los reclamos, a la vez que se profundizó levemente la tendencia hacia la descentralización de los conflictos laborales que se desarrollan mayoritariamente a nivel de empresa y con la intervención de sindicatos y seccionales de base. La mayor cantidad de conflictos se desarrollaron en el segundo trimestre del año, y a diferencia de los años anteriores, a partir de entonces se produjo una importante caída de la conflictividad laboral, al punto tal que el cuarto trimestre de 2009 registra la menor cantidad de conflictos desde el año 2006. La tendencia hacia la descentralización de los conflictos laborales se verifica, por un lado, en la existencia de una amplia mayoría de conflictos circunscriptos a una empresa, que representan el 78% del total, mientras que solo el 22% restante alcanza a una región o actividad. En segundo lugar, continúa verificándose un crecimiento de los reclamos promovidos por sindicatos locales o seccionales, que explican el 64% de los casos (frente a un 51% el año anterior), y en la caída de los conflictos encabezados por federaciones o uniones de ámbito nacional, que alcanzaron al 22% del total (frente a un 34% el año 2008). Asimismo, persiste una importante cantidad de conflictos (un 14% del total) llevados adelante por trabajadores donde no se consigna la presencia de representantes sindicales o se trata de colectivos que poseen una representación de hecho (muchas veces opuesta a la conducción de la organización sindical) construida en el desarrollo del propio conflicto. El cambio en el origen de los conflictos constituye la modificación más significativa respecto de los años anteriores. En tal sentido, en el sector privado los reclamos vinculados a situaciones de crisis (despidos, suspensiones, falta de pago de salarios, etc) se encontraron presentes en el 55% de los casos, y los conflictos exclusivamente referidos a ellas explican el 46% del total, lo que implica una duplicación con relación al año anterior. Por el contrario, los conflictos por reivindicaciones económicas tan solo están presentes en el 32% de los casos relevados. Al mismo tiempo, persiste una importante cantidad de conflictos por representación (prácticas antisindicales, los conflictos intrasindicales y las disputas de encuadramiento), en torno al 20% del total. Por el contrario, los conflictos desarrollados en el sector público continúan siendo mayoritariamente salariales, aunque también aquí se registra un crecimiento de los reclamos vinculados a situaciones de crisis. Negociación colectiva Durante el año 2009 el Ministerio de Trabajo de la Nación homologó 1.589 negociaciones colectivas, de las cuales el 95% corresponden a acuerdos y el 5% a convenios colectivos. Del total, el 69% corresponden a negociaciones de empresa y el 31% de actividad o rama. Las actividades más activas en materia negocial han sido la industria manufacturera (37% del total de las negociaciones), el transporte, almacenamiento y comunicaciones (19%) y la electricidad, gas y agua (10%). Las federaciones y los sindicatos nacionales o uniones protagonizaron el 53% de las negociaciones, mientras las negociaciones llevadas adelante por los sindicatos locales representaron el 27% del total de homologaciones. En cuanto a la negociación colectiva en el ámbito de la empresa, debe destacarse que en el 53% de los casos no participaron los delegados de personal, tal como lo establece la ley 25.877. Si bien ello implica un descenso respecto de los registros de los años anteriores, aún así continúa resultando llamativa la baja participación de los representantes de los trabajadores en los lugares de trabajo cuando se negocia en el ámbito de la empresa. El 56% de las negociaciones incluyeron alguna mejora salarial, ya sea por actualización de escalas, otorgamiento de adicionales remuneratorios o por vía de sumas no remunerativas. Al respecto, se observa una caída relativa de las cláusulas que establecen escalas salariales, que representaron el 52% del total de cláusulas salariales (frente a un 65% el año anterior), y un fuerte incremento del otorgamiento de sumas no remunerativas, que explica el 27% del total de cláusulas (frente a un 12% el año 2008). Este cambio en el tipo de cláusulas salariales responde a la existencia, durante el año 2009, de dos momentos en la negociación salariales: mientras que en el primer semestre del año, al calor de la incertidumbre provocada por el desarrollo de la crisis, se pactaron sumas no remunerativas, ya en el segundo semestre se actualizaron las escalas salariales, en muchos casos incluyendo aquellas sumas a los básicos convencionales. El promedio general de los salarios básicos de las categorías inferiores ascendió a $ 1.971, lo que representa un 23% de aumento con relación a las escalas homologadas en el 2008. En cuanto a los salarios de las categorías superiores, el monto promedio es de $ 3.419, lo que representa un 25% más que las escalas del año anterior. Con relación al año 2006 los incrementos nominales de los promedios de los salarios básicos de las categorías inferiores y superiores se incrementaron en un 96% y 95% respectivamente. La inexistencia de estadísticas confiables referidas a los incrementos del nivel de inflación impiden realizar afirmaciones contundentes acerca de la evolución real de las remuneraciones pactadas en la negociación salarial. Aún así, considerando mediciones alternativas de la inflación, parecería inferirse que las escalas salariales no habrían experimentado un retroceso en términos reales respecto del año 2008. En cuanto a los contenidos no salariales, las principales cláusulas negociadas continúan siendo de ordenamiento de las relaciones laborales, principalmente a través de la cláusula de paz social vinculada a las negociaciones salariales, y de aportes y contribuciones a la organización sindical. Finalmente, a lo largo del año 2009 se registró un importante incremento de las negociaciones colectivas vinculadas a situaciones de crisis. En el presente informe hemos relevado 96 acuerdos de crisis, principalmente referidos a la actividad mecánica y a la metalúrgica. En dichos acuerdos se han pactado cláusulas tales como la habilitación de despidos con el pago de una indemnización reducida (artículo 247 LCT), suspensiones del personal y establecimiento de prestaciones no remunerativas (artículo 223 bis LCT) y adelantamiento de vacaciones entre otros. Sobre el total de estos acuerdos, tan solo en 23 ocasiones se llevó adelante el procedimiento preventivo de crisis, mientras que en los 73 casos restantes no se cumplió con esta previsión, aclarándose que “...atento al consentimiento prestado por la entidad sindical en los acuerdos bajo análisis, se estima que ha mediado un reconocimiento tácito a la situación de crisis que afecta a la empresa...” También en Boletín Electrónico Periódico La importancia estratégica del Salario Mínimo, Vital y Móvil Un nuevo pronunciamiento en defensa de la libertad sindical El servicio público de importancia trascendental Conflictividad laboral y negociación colectiva. Informe anual 2008 Informe sobre los trabajadores mecánicos de Córdoba El concepto de acción sindical relevante como nuevo factor de discriminación |
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