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Congresos de la FeTERA marzo 2007 Mar del Plata Intervención de *Isabel Rauber
A este capitalismo no le interesa el efecto social de sus inversiones y producciones; no le interesa la demanda social; no le interesa la supervivencia de la humanidad; no le interesa cuidar la naturaleza. La “cuestión social” ha sido eliminada de la agenda del capitalismo. Esta es lo que marca la emergencia y efervescencia del neoliberalismo en la segunda mitad del siglo XX, y el actual reordenamiento global del capital, es decir, la organización del mundo según sus necesidades.
Queridos compañeros, queridas compañeras En primer lugar mis saludos a este Congreso, esta reunión. Agradezco la posibilidad de intercambiar algunas reflexiones con ustedes. Por supuesto, lejos de mí la pretensión de hacer un discurso. Estamos en un momento de nuevos cambios, una rosca que se vuelve a apretar alrededor de la tuerca en el sentido energético y no se puede adelantar alguna conclusión, pero sí algunas reflexiones, de las cuales trataré de compartir ciertos puntos con ustedes ahora. Voy a tomar lo que decían los compañeros de Francia. Ellos hablaban de la energía como derecho a la vida. Vida con todo lo que significa la palabra vida, y estaba recordando cuando, hace algunos años atrás, comenzaba las reflexiones enfatizando que la contradicción fundamental de nuestra época es la contradicción vida o muerte. A través de esa contradicción, lo sostenía y lo sostengo, se expresan las contradicciones de clase. Porque estamos viviendo una época donde el capitalismo entró en la fase de producción destructiva, como analiza István Mészaros, este gran estudioso de las relaciones del capital en los tiempos actuales. Y él diferencia las épocas de desarrollo del capitalismo. La época de destrucción productiva que puede ubicarse en la primera mitad del desarrollo del capitalismo, donde incluso se justificaba, en aras del progreso, la destrucción de áreas, zonas, bosques, e incluso el exterminio de seres humanos y sus culturas; qué fue la conquista de América, si no? No había clara conciencia entonces de lo que significaba para la vida, para la humanidad, la destrucción de la naturaleza. Todo quedaba justificado en nombre del progreso. Sin embargo, esa etapa pasó. Se consumió todo lo que se podía consumir y el desarrollo del capitalismo entró en la fase de producción destructiva: ahora no destruye para producir, sino que produce para destruir.
He abordado este tema porque quiero anudarlo con el de la integración. Que es otro de los puntos fundamentales de la agenda, junto con el debate de la soberanía y con el debate de la energía. Porque, ¿de qué estamos hablando? Usted no puede creer que por cambiar una agenda local ya salió de las garras del círculo de poder y funcionamiento del capital, de esta globalización. Para limitarnos en la cuestión de la energía, cuando se instala el debate acerca de la propiedad estatal de los recursos y de las fuentes de la energía, cuando parece que la recuperación de la propiedad estatal sería la solución del problema, un fantasma nuevo entra en el escenario y lo modifica, compañeras, compañeros, y coloca el debate en otro lugar. Me refiero a los biocombustibles, que se articula con el tema de la alimentación, con la vida. No significa esto que la cuestión de la propiedad de los recursos energéticos ya no deba discutirse, sino que el problema va más allá; ya no alcanza con eso. Vivimos en el Sur, junto a la mayoría de la humanidad, y si ya hoy el hambre es un grave problema, producto del egoísmo y la destrucción capitalista, cuando se apropien de la producción del maíz, de la soja y mañana podrán ser otros elementos, ¿qué ocurrirá con la hambrienta humanidad? La respuesta es clara: muerte para millones de seres humanos. Si hoy tenemos hambre, ¿qué resultará luego del brutal despojo y apropiación de recursos alimenticios?
Por eso digo que los debates sobre estos temas no pueden resolverse a nivel local, y que la discusión de fondo está en la soberanía, en definir ese nuevo mundo que queremos conjuntamente con las diferentes regiones. Porque no puede ser que exista el Mercosur, y que Brasil -uno de sus mayores miembros y defensores-, firme unilateralmente un acuerdo para los biocombustibles. Estos son los hechos que ponen al descubierto las profundas limitaciones del Mercosur: es una región que apenas aspira a construir un mercado de comercio, y hechos como ese muestran que pretenden hacerlo -no por acuerdo entre las partes-, sino pisándole la cabeza al país (o países) de al lado. Si uno de los miembros se enoja por algo, o no le gusta algo, se pasa para el ALCA o firma un TLC bilateral con EEUU, si uno se enoja con el ALCA entonces viene al Mercosur. La falta de proyecto nacional-regional es evidente, la pobreza política estratégica y la irresponsabilidad de quienes así actúan también. Esa es la política del neoliberalismo, no importa quién ocupe las presidencias, sino cuál es la política que hace. Duele en la boca del estómago, pero no puede ocultarse. Y esto tiene que ver con el sindicalismo y mucho, por eso comparto esto con ustedes. En primer lugar, porque todos somos seres humanos y necesitamos energía para la vida. Eso es lo primero. A parte de ser de FeTERA, de Luz y Fuerza, y de tantos otros... somos seres humanos y vivimos en este planeta, en una ciudad, en un barrio, en una casa, tenemos familia... Y tenemos ojos y conciencia, y “hay que saber mirar” . En segundo lugar, tanto energía es vida que hoy en día la discusión de la energía va unida a la de los alimentos y viceversa. Resulta evidente como están emparentadas cuestiones referentes a: agua, petróleo, oxígeno, soja y maíz... Está clarísimo que la discusión de la energía es la discusión de la vida. Y está clarísimo que la discusión de la vida tiene que ver con la discusión de la energía. Entonces compañeros, ¿dónde se dirime esto?, ¿quiénes lo harán? Necesitamos un tipo de sindicalismo diferente. No basta hoy, ni mucho menos, con el modelo sindical tradicional. Porque la discusión del salario, la discusión de las condiciones del trabajo son las discusiones de un sector privilegiado de trabajadores, porque puede ser que se resuelva que haya 10 mil trabajadores que trabajen con buenas condiciones laborales y vivan bien, pero ¿qué ocurre con los otros trabajadores y trabajadoras? Porque el capital sabe poner cómodos a los trabajadores cuando los necesita para lograr sus objetivos. Sino vean lo que hace con la clase obrera en el Norte. El capital necesita aliados y necesita aliados en y de la clase. Entonces en ahora de retomar el debate acerca del sindicalismo político, en el cual son pioneros ustedes, porque lo que yo les estoy contando, lo que aprendí de ustedes. No se puede discutir la organización sindical, los derechos de los trabajadores, recluyéndose en lo estrictamente sectorial. Porque el derecho del trabajador y la trabajadora primero es el derecho a la vida compañeros, y defender la vida es la lucha política primera y fundamental. Si lo sabrán ellos, que definen sus políticas para obtener sus ganancias, como lo hace hoy el gran capital neoliberal: sus políticas son las de quitarte la vida a los pueblos. Siempre con políticas de la muerte. Y ¿cómo quitan la vida ellos? Cuando no utilizan bombas, ni guerras de exterminio, se apropian de las fuentes de alimentación, y orientan la producción para obtener mayores ganancias. Por eso millones y miles de millones de toneladas de maíz y de soja van a ser destinadas al biocombustible. Ni cerrar un ojo es posible en la almohada cuando se piensa en el África, casi vencida por el hambre y las enfermedades. ¿A qué mundo vamos compañeros y compañeras?, ¿a qué mundo vamos? A la desesperación y la destrucción humana. Hay que discutir la producción, porque hay que discutir la vida, que es lo que está en el fondo de la discusión. Y esto solo es posible si se rompe con el cascarón tradicional de la cuestión sindical que define -muy a gusto de los patrones- qué es lo que compete y lo que no compete discutir a los trabajadores en los sindicatos. Compañeros, compañeras, no se puede seguir siempre atrás de la zanahoria del burro. Debemos tener la capacidad de proyectarnos y pensar en propuestas que ayuden a encontrar salidas. Porque es un problema serio el de la energía. Es cierto que los recursos tradicionales se agotan, entonces ¿cómo hacemos?, ¿qué luces se avizoran como posible salida? Es evidente, es urgente entrar a pensar un nuevo diseño productivo y de sobrevivencia mundial. Porque hay que poner en sintonía a todo el mundo. La humanidad no aguanta que una parte del mundo viva a costillas de la otra parte del mundo. Este diseño del mundo no va más, es suicida. Y el desafío es pensar (y resolver) cómo vamos a producir y reproducir la vida con otro diseño productivo, en base a una lógica diferente a la ambición creciente por el lucro y la explotación. Sino siempre vamos a estar a la defensiva. Nos vivimos defendiendo, y hace falta también empezar a pensar en esta capacidad ofensiva. Esto no significa salir a la calle, ni tirar piedras, ni las marchas; se concentra y cristaliza en la capacidad de propuesta, de tener la iniciativa para definir hacia dónde hay que caminar. No basta con la queja, con la protesta. Puede ser justa, puede ser razonable, pero hoy es insuficiente. ¿Cómo vamos a diseñar ese otro mundo?, ¿cuál es el papel de los sindicatos del MERCOSUR?, ¿cuáles son las propuestas?, ¿cuáles son las alternativas? Ahí están los desafíos compañeros. Agradezco la oportunidad que me han dado y saludo a todos por este esfuerzo y los felicito. Sé que FeTERA se construye sobre la base de vuestro esfuerzo militante, tratando precisamente de apuntar en esta dirección de integración regional, continental, y porque no también buscando avanzar hacia un sector mundial de reflexión y propuestas sobre la energía articulada ala defensa de la vida. Gracias. *Isabel Rauber es Doctora en Filosofía. Directora de la Revista “Pasado y Presente XXI”; Coordinadora de la red latinoamericana de investigaciones socio-históricas del mismo nombre. Profesora adjunta de la facultad de Filosofía de la Universidad de La Habana. Investigadora adjunta del Centro de Estudios sobre América, La Habana. Miembro del Foro Mundial de las Alternativas y del Foro del Tercer Mundo. Podés leer algunos de los libros escritos por I.Rauber, si hacés click sobre los títulos:
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