[12/10/2004] En la Universidad de Buenos Aires, como ámbito concreto de la vida humana, se ponen en juego relaciones en su entrelazamiento con realidades sociales, políticas, históricas y económicas. Intentaremos, allí, un recorte que permita conocer y analizar la situación de las “personas con discapacidad”.
Alumnos con discapacidad que realizan reclamos específicos; profesores que solicitan ayuda frente a determinadas dificultades a las que deben enfrentarse; Comisiones que convoca el Consejo Superior de la UBA para elaborar pautas en respuesta a este problema social; y un Area Permanente creada desde el propio Rectorado, son algunas de las situaciones que permiten tematizar y problematizar algo que hasta hace poco estaba invisible en este contexto: el alumno con discapacidad.
A partir de aquí, intentaremos desanudar diversas cuestiones que se enquistan a este colectivo construido: ¿vemos personas con discapacidad en la UBA?; ¿La categoría “alumno” es simbolizada como un mundo homogéneo que no da cuenta de las tensiones que lo atraviesan?; ¿hay prácticas cotidianas y representaciones sociales que promueven y cristalizan la “invisibilidad?.
PALABRAS CLAVE: Universidad Pública. Universidad Privada. Personas con discapacidad. Transmisión de cultura. Normalidad. Estructuras discriminatorias. Segregación. Expulsión. Accesibilidad. Integración positiva plena. Capacidad inclusiva. Calidad de vida. Conciencia ética. Privación de derechos. Derechos humanos. Dignidad humana. Etica del discurso. Etica de la responsabilidad.
1.- Introducción:
Hemos querido responder a la convocatoria de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad de Buenos Aires y escribir para las Jornadas del 14 y 15 de Octubre el presente trabajo aludiendo a cómo es percibida la universidad pública, desde la perspectiva de las personas con discapacidad. El juego de palabras: la Universidad Pública como Universidad privada, responde a la paradoja de una Universidad concebida como abierta y opuesta a todo tipo de segregación y de elitismo, que en los hechos segrega, practica la discriminación y no resulta accesible en plenitud para las personas con discapacidad.
2.- La Universidad Pública
Al menos desde el grito de 1918 de aquellos estudiantes que fueron protagonistas de la Reforma Universitaria estuvo la voluntad de construir una universidad abierta. Entendemos por Universidad Pública aquella que se define a sí misma como un centro de excelencia científica, educativa y cultural, abierto al pueblo y comprometido con su causa.
En sucesivas luchas y aproximaciones las generaciones de estudiantes y docentes de la universidad pública intentaron hacer coherente esta afirmación de principios en la práctica concreta. Sabemos que ello no ha resultado fácil y que existen tendencias que intentan restringir la accesibilidad a la Universidad con los más diversos argumentos. En el caso de las personas con discapacidad la falta de accesibilidad es una constante que no ha podido ser superada. Los muchos ejemplos de graduados con discapacidad, que han conseguido sobrellevar con éxito los obstáculos para su carrera universitaria, no hacen sino confirmar la regla.
Sostenemos que nuestra Universidad Pública es expulsiva, no solamente de las personas con discapacidad, sino del vasto colectivo de los sectores en situación de pobreza. Sabemos que desde una perspectiva estratégica, muchos pueden considerar inconveniente realizar este tipo de críticas. Prefieren el camino de ganar adeptos para la causa de la integración, disimulando las barreras ideológicas, culturales y físicas que obstaculizan el acceso a los estudios universitarios. Aun cuando somos respetuosos de todos los caminos de lucha por la afirmación de derechos, creemos que en el caso de las personas con discapacidad, una estrategia negadora de la realidad discriminada consolidaría la privación de derechos.
3.- Los universitarios, la afirmación y la negación de derechos
Nuestro tiempo histórico está fuertemente teñido por la presencia de pensadores, investigadores científicos, docentes, profesionales y técnicos surgidos de la universidad. Ellos conforman grupos de poder muy significativos, que a nivel de las estructuras de gobierno y del mercado, conforman verdaderas "tecnocracias". Por otra parte, la llamada "civilización tecnotrónica", tiene como protagonista relevante a las mujeres y hombres formados dentro de las aulas, en actividades profesionales estratégicas para la producción de bienes, las comunicaciones, la información y el desarrollo económico-social.
En el tema que nos interesa, tanto la afirmación como el desconocimiento de los derechos humanos, está fuertemente mediatizada por el hecho tecnológico y por la intervención profesional. La participación social, característica de las democracias maduras, es un hecho que se ha visto favorecido por la creciente masividad de la educación y la circulación de la información. De manera similar las políticas de seguridad nacional y control social, características de los regímenes autoritarios y de algunos contenidos autoritarios de los sistemas democráticos, han podido alcanzar globalidad y extensión por la mediación tecnológica.
No hay desarrollo tecnológico, positivo o negativo, sin el protagonismo del universitario. Cuando la sociedad discrimina, los universitarios participan en forma abierta y significativa en las estructuras discriminatorias. Hay una tendencia en acompañar el crecimiento en el poder, con prácticas que implican el marginamiento y la exclusión de los pobres, los migrantes, los pueblos originarios y las personas con discapacidad, como lo intentaremos probar en otros párrafos de este trabajo. Por ello sostenemos que no es suficiente que la Universidad no discrimine activamente. Discrimina en la medida en que consiente y no denuncia las actitudes discriminatorias que existen en el conjunto de la sociedad y que se traducen de diversas maneras en los ámbitos universitarios.
4.- Acerca de la misión de la Universidad
Si seguimos los ya clásicos trabajos de Ortega y Gasset (Misión de la Universidad) y Lucio Mendieta y Nuñez (La Universidad Creadora"), "la Universidad integra en tres direcciones su misión: i) La trasmisión de la cultura ii) La enseñanza de las profesiones iii) Investigación Científica y formación de nuevos hombres de ciencia." Sin embargo al responder a la pregunta de cuál de estas actividades reviste mayor importancia, estos autores señalan que la Universidad es antes que nada ciencia:
Si la Universidad es ante todo ciencia, tiene un compromiso que es lo que permite no caer en el riesgo del cientificismo. La Universidad debe estar vitalmente inserta en el servicio a la comunidad nacional y particularmente esto vale para una realidad universitaria de un medio social latinoamericano.
Las personas con discapacidad deben tener un espacio abierto en la construcción permanente de esta misión de la Universidad. En la medida en que se desaliente, activa o pasivamente su ingreso, que no se favorezca la inserción de áreas específicas en cada Facultad y no funcione con visibilidad y eficacia a nivel de Rectorado, un espacio de promoción de su integración Que no se considere como un prestigio institucional el favorecer el desarrollo académico y la visibilidad de sus graduados y docentes con discapacidad, la Universidad no está cumpliendo con su misión.
5.-La discapacidad como construcción social
El presente trabajo se enmarca en la propuesta de pensar “la discapacidad” como una construcción social. Por tanto, en dicha línea argumentativa, es comprensible que no exista por sí misma como una categoría aislada. Es decir, no podemos pensarla sino en relación con otras categorías construidas que se ponen en juego cuando tomamos a la discapacidad como objeto de estudio.
Concretamente, nuestro intento es el de dar cuenta de cómo la construcción social de un alumno estándar (también de un profesor estándar) está dejando afuera o, al menos en desventaja, a una porción importante de la población representada dentro del contexto de la construcción social como “persona con discapacidad” o “personas con necesidades especiales”. Desde esta perspectiva, cabe también preguntarse si las prácticas cotidianas de esta universidad responden al perfil de una universidad pública o al de una universidad privada. Dentro de este escenario, apelamos a que la comunidad universitaria en su conjunto se responsabilice. Un compromiso ético implicaría, a nuestro entender, la gestión de acciones que sobrepasen o logren avanzar aún más allá de la explicitación verbal de las buenas intenciones y del discurso políticamente correcto.
6.- Hacia la afirmación del valor ético de la palabra.
La comunicación social tiene en la vida universitaria un espacio significativo. Es una disciplina científica, que apunta a la formación de profesionales, al desarrollo de la investigación y al crecimiento de la cultura. El fenómeno de la comunicación social y el derecho de comunicar están estrechamente vinculados con una perspectiva ética, que define, por otra parte el giro (lingüistico) más significativo de nuestro tiempo en el campo de la llamada filosofía práctica. Concebimos la ética del discurso como "parte de una teoría crítica de la sociedad... que lleva a la crítica de las ideologías es decir a la confrontación con las promesas, los programas, los valores y los ideales proclamados, con la realidad social y, en el caso de discrepancias agravantes la explicación de las mismas por medio de los motivos del autoengaño [colectivo] sobre distribuciones sistemáticamente asimétricas de ventajas y desventajas en las relaciones de cooperación en la sociedad...."
Como en otra perspectiva señala Adela Cortina, "todo ser dotado de competencia comunicativa se nos descubre como un potencial participante en aquellos discursos prácticos cuyas decisiones lo afectan .." . En esta perspectiva nos preocupa todo intento de silenciar, ignorar o invisibilizar a las personas con discapacidad, como si fueran un realidad ajena a la vida universitaria.
Para que exista una universidad democrática se requieren varias condiciones:
a)Que en el gobierno de sus estructuras exista una participación real del conjunto de la comunidad académica.
b)Que en relación con los contenidos, sus curriculas académicas y sus programas de investigación y de extensión, partan de una direccionalidad ético-política orientada a producir conocimientos y profesionales aptos para construir una sociedad abierta, participativa y solidaria
c)Que todos los miembros de la comunidad universitaria tengan iguales posibilidades de acceso, lo que requiere en el caso de los grupos vulnerables de la sociedad, el desarrollo de una acción afirmativa de derechos (cfr. artículo 75, inc. 23 de la Constitución Nacional).
Si estas condiciones no están presentes, podemos afirmar desde una perspectiva ética, que la Universidad se encuentra inmersa en el doble discurso, porque no es totalmente democrática ni en su conformación, ni en sus productos, ni en su capacidad inclusiva. Afirmar el valor ético de la palabra no es un problema técnico, cuya resolución esté confiada a los cientistas de la comunicación social. Es un problema de búsqueda de sentido, que requiere la participación del conjunto de la comunidad universitaria. Y ello es condición ineludible para que la Universidad Pública deje de ser una Universidad Privada.
7.-Dificultades, barreras y obstáculos para la integración de las personas con discapacidad.
Queremos desarrollar en este punto, las dificultades que encuentran las personas con discapacidad que aspiran a cursar sus estudios y egresar en un tiempo razonable de la Universidad, con posibilidades ciertas de desarrollarse en el mercado laboral. Muchas de ellas son dificultades o barreras que se encuentran en el conjunto de la comunidad. No son imputables en forma directa a la Universidad. Sin embargo podemos afirmar que la comunidad universitaria no tiene un comportamiento diferente que el conjunto de la comunidad. En la indiferencia está su responsabilidad.
7.1. Un ejemplo paradigmático.-
El histórico edificio del Rectorado de la universidad de Buenos Aires de Viamonte 430/444 no es accesible. En la entrada correspondiente al público (430) una gastada escalera de mármol de unos diez escalones, sin baranda, constituye una aventura riesgosa para muchas personas con discapacidad (rengos, ciegos, hemiplégicos, paralíticos cerebrales), pero también para personas mayores, gordos, embarazadas, etc. Por otra parte para quiénes se desplazan en sillas de ruedas, implica la absoluta imposibilidad de acceder.
Con violencia simbólica las autoridades de la Universidad de Buenos Aires se encargan de demostrar cotidianamente que la Universidad Pública no es para las personas con Discapacidad. Y que solamente podrán ingresar a ella los superhombres y la supermujeres, es decir aquellos discapacitados dotados de una voluntad de hierro y dispuestos a persistir a pesar de todos los obstáculos
7.2. El 10 de julio de 2002 el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires sancionó la Resolución Nº 154/2002 que creó una comisión transitoria para la elaboración de pautas para las personas con necesidades especiales que cursen estudios en la universidad. La comisión tenía un plazo de noventa (90) días para expedirse. El 17 de septiembre de 2003 el Consejo Superior sancionó la Resolución Nº 1859/2003 que enumera a los especialistas y a las entidades que fueron convocados para la tarea de asesoramiento. Los conceptos que tomó en cuenta la comisión para abordar el tema son los siguientes, extraídos de sus considerandos:
1.“Entender que la lucha por la inclusión de las personas con discapacidad y/o necesidades educativas especiales es inescindible de la lucha por la superación de todas las otras formas de exclusión social”
2.“La persona con discapacidad y/o necesidades educativas especiales debe ser reconocida como tal, en la plenitud de su dignidad. Es un sujeto de derecho cuya ciudadanía debe ser promovida.”
3.“Las personas con discapacidades y/o necesidades educativas especiales para ejercer su derecho a aprender en los ámbitos universitarios requieren apoyos, que permitan eliminar o sobrellevar obstáculos para el desarrollo de la vida académica”,
4.“Más que una normativa especial las personas con discapacidad y/o necesidades educativas especiales necesitan orientación vocacional para poder evaluar por sí mismas las posibilidades y obstáculos que presenta la carrera elegida y decidir libremente”
5.“La discapacidad es una cuestión social y de derechos humanos, que requiere una articulación con la vida cotidiana en la ciudad para superar problemas, barreras, transporte, que favorezca la inserción universitaria de las personas con discapacidad.”
6.“Que corresponde que esta universidad brinde el más decidido apoyo a esta trascendente contribución a la integración de las personas con discapacidad y/o necesidades educativas especiales”
En base a estos considerandos el Consejo Superior resolvió crear un Área Permanente dependiente del rector dedicada al abordaje del problema de la discapacidad en la UBA (artículo 2º).
La creación de un área en el ámbito del rectorado y medidas análogas en las facultades cumple con un compromiso que formaliza la enumeración de buenas intenciones e individualiza a responsables de proyectos o equipos de trabajo, “tematiza” una problemática, se nombra a un colectivo “diferente” de alumnado y se buscan responsables de gestionar y agenciar una transformación. Aunque evidencia preocupación por parte de la organización, no escapa a cierta dinámica de tensión entre lo instituido y lo instituyente. El discurso que aparece como autónomo, liberador, no puede escapar de una estructura social opresiva (Castoriadis, 1993:186).
Se han realizado infructuosos intentos y gestiones por conocer quién es la persona responsable a cargo de este Area Permanente, qué función cumple, dónde está ubicada, etc. Es más, dos de los firmantes de esta ponencia fuimos convocados para participar de aquella Comisión transitoria y, nunca, ninguna autoridad de la UBA nos ha dado respuesta sobre el rumbo que siguieron las recomendaciones que se hicieron en aquella instancia. El tema, en su momento puesto sobre el tapete, ha vuelto a desdibujarse desde las áreas con poder de decisión política que, tal que un Dios, dieron por acabado el diálogo de la manera más arbitraria. ¿Se premia más en esta casa de estudios la estética socialmente legitimada que la capacidad para producir conocimiento?.
7.3. En la reunión más importante realizada en el recinto del Consejo Directivo de la Facultad de Ingeniería por ser inaccesible el Consejo Superior, con asistencia de los que luego serían nombrados como consultores, al aprobarse la mencionada resolución de setiembre de 2003, se debatieron diversos temas.
Durante la discusión un momento particularmente difícil, fue el que se suscitó especto de lo que llamó las “incumbencias restringidas” para el otorgamiento de títulos a personas con discapacidad, lo que determinó una dura réplica de las organizaciones presentes. Este planteo restrictivo y paternalista supone adjudicar a un grupo de personas que invisten una representatividad transitoria la facultad de determinar a priori los límites del desarrollo humano. Los seres humanos venimos demostrando reiteradamente en la historia de la humanidad la posibilidad de lograr desarrollos más allá de todo lo predecible. Para tomar un solo ejemplo histórico recordemos a Helen Keller, sorda, muda y ciega, que con un acompañamiento pedagógico adecuado desarrollado por su maestra Ann Sullivan, se ganó la vida como escritora y conferencista y llegó a obtener un doctorado honoris causa.
7.4. Los obstáculos para la inserción de personas con discapacidad en la Universidad
La discapacidad motora es la más advertida debido en general a la presencia de bastones, muletas o sillas de ruedas. Para las personas con movilidad reducida el ingreso a las facultades de la UBA es difícil.
Hace ocho años en la Facultad de Arquitectura se creó una Comisión Pro Medios Accesibles (COPROMA) que investigaba y asesoraba a organismos públicos y privados acerca de la eliminación de barreras arquitectónicas. Las primeras medidas fueron impulsadas hacia el propio edificio de esa facultad, con influencia en posteriores remodelaciones de otras facultades. Sin embargo no logró permanencia ante cambios de gestión institucional y se diluyó por la falta de fondos y de atención por parte de las autoridades. Actualmente se planea fusionarla con el Centro de Investigaciones sobre Barreras Arquitectónicas, Urbanísticas y de Transporte (CIBAUT), de mayor antigüedad pero también más volcado a la transferencia tecnológica que a la tarea comunitaria directa o al impacto sobre la propia universidad.
De los casos relevados, en base a entrevistas a ex estudiantes y actuales concurrentes a diferentes facultades de la UBA, se desprende que los principales problemas continúan siendo las barreras arquitectónicas.
Un segundo problema recurrente para los alumnos con discapacidad es la negativa de algunos profesores a tomarles exámenes de forma oral. Tanto en la facultad de Derecho como en la de Filosofía y letras, hemos escuchado el relato de casos conflictivos en relación a este tema. El transporte también es un problema para estudiar.
Problemas particulares plantea la integración de los alumnos sordos, ciegos y con discapacidades de tipo sensorial.
La universidad debería tomar en consideración:
La accesibilidad fìsica y pedagógica para sus alumnos.
La responsabilidad y compromiso que le competen en lo referente a trabajar en conjunto, en la especificidad del tema de la discapacidad, con otras instancias del sistema educativo.. Una comunicación fluida posibilitarìa un relevamiento en las instancias de la educación media, permitiendo que la universidad se acomode a los impedimentos con los que algunas personas tropiezan en su intento de acceder a ella.
Incidir en el conocimiento de la discapacidad y las respuestas técnicas, sociales y políticas para una mayor integración.
8.- Algunas conclusiones
Sabemos muy poco de las personas con discapacidad en la Universidad. Hay que saber cuántos discapacitados hay. Además, se debería generar una vía institucional para promover la inserción de las personas con discapacidad en la Universidad y preparar eficazmente su integración positiva, a partir del respeto por sus derechos y necesidades.
Existe actualmente una red que reúne a siete universidades que están otorgando un lugar relevante al tratamiento de esta temática: Comahue, Matanza, La Pampa, Mar del Plata, Entre Ríos, La Plata y Mendoza. Salvo excepciones, la Universidad de Buenos Aires, participa sólo por mera iniciativa de algunas personas cuya presencia no está respaldada institucionalmente. Mientras la política en la Universidad de Buenos Aires sea reducir el tema de la discapacidad a un colectivo opaco y no reconocido, la consecuencia será la indiferencia hacia un verdadero intento de abordar comprometidamente el problema y seguirá siendo cómplice de reproducir un imaginario de ilegitimidad en la construcción social de la identidad de este “otro”.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ARFUCH, Leonor (compiladora) (2002). Identidades, sujetos y subjetividades. Trama editorial/ Prometeo libros. Buenos Aires.
BECKER, Howard (1971) Los extraños; sociología de la desviación. Editorial tiempo Contemporáneo. Buenos Aires.
CASTORIADIS, Cornelius (1993) Reflexiones sobre el racismo en “El mundo fragmentado”, Buenos Aires.
CASTORIADIS, Cornelius (2003) La institución imaginaria de la sociedad; Tusquets editores, Buenos Aires.
KYMLICKA, Will (1996) Ciudadanía multicultural. Paidós. Buenos Aires.
GOFFMAN, Irving (1963) Estigma. La identidad deteriorada. Amorrortu editores. Buenos Aires.
KUPER, Adam (2001) Cultura; la versión de los antropólogos. Paidós editorial. Barcelona
MENDIETA Y NUÑEZ (1947) “La Universidad Creadora”, Ed. UNAM, México
MICHELINI, SAN MARTIN Y WESTER, Editores (1995) “Etica, Discurso y Conflictividad”, Ed. Universidad Nacional de Rio Cuarto
Las personas con discapacidad somos sujetos políticos. Somos compañeros y compañeras. Somos parte de la CTA.
¿Qué lugar tiene la palabra de quienes vivimos con una discapacidad? ¿Quién la asume cuando no podemos expresarla por nosotros mismos? ¿Cómo escuchás vos, compañero, compañera, las palabras, necesidades, opiniones y elecciones de las personas con discapacidad? ¿Nos considerás parte de la clase trabajadora? ¿Nos considerás tu par en la militancia? ¿Nos ves suficientemente integrados a la Central? Te invitamos a conocer nuestra realidad y a ayudarnos a crear, en cada rincón del país, el Departamento de Discapacidad de la Central de Trabajadores de la Argentina.
¿Qué lugar tiene la palabra de quienes vivimos con una discapacidad? ¿Quién la asume cuando no podemos expresarla por nosotros mismos? ¿Cómo escuchás vos, compañero, compañera, las palabras, necesidades, opiniones y elecciones de las personas con discapacidad? ¿Nos considerás parte de la clase trabajadora? ¿Nos considerás tu par en la militancia? ¿Nos ves suficientemente integrados a la Central? Te invitamos a conocer nuestra realidad y a ayudarnos a crear, en cada rincón del país, el departamento de Discapacidad de la CTA.
El secretario General de la CTA, Hugo Yasky, fue orador en el acto gubernamental por el Día Internacional de las Personas con Discapacidad realizado el 3 de diciembre pasado en el Ministerio de Desarrollo Social de la Naciónpasado con la presencia de la ministra de Desarrollo Social de la Nación.
El Departamento de Discapacidad de la CTA lo integran personas con o sin discapacidad que luchan con el fin de hacer efectivo el ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad mediante un enfoque prioritariamente dirigido hacia la capacitación laboral, el logro del empleo y -lo que no es menos importante- su conservación.
En este trabajo planteamos la problemática de la discapacidad, como una construcción de ciudadanía y afirmación de derechos. Creemos que plantea a los profesionales del equipo de salud un énfasis bioético. Hay algunas orientaciones en bioética que acentúan el valor de la autonomía, en una forma tal que conspiran contra la promoción humana y social de las personas con discapacidad, al negar su condición de sujetos. En nuestra opinión el abordaje predominantemente médico de la discapacidad, favorece la minusvaloración y la dependencia de las personas con discapacidad e implica un reduccionismo que termina anulando las posibilidades de desarrollo autónomo de los que aún más débiles en sus posibilidades de proyección reunen la plena condición de ciudadanos y sujetos plenos de derecho
Este trabajo expone estudios sobre las políticas universitarias relacionadas con la discapacidad, su inserción como tema en los contenidos de diferentes carreras, discriminación a estudiantes discapacitados como forma de invisibilización del “otro”. Se trata del reconocimiento en la práctica de los derechos de los propios estudiantes de la UBA en situaciones discapacitantes y la omisión institucional en el cumplimiento de las normas. Debe consagrarse el derecho a la diferencia a partir de la ética del reconocimiento, consagrando así en el caso concreto la formulación universal de la ética de la justicia. Es importante detectar y afrontar la violencia simbólica que ejerce la institución ante las personas diferentes a patrones regulares. Es el caso de la inaccesibilidad edilicia, el silencio frente al tema y la exclusión de personas diferentes.