[22/05/2009] Radiografía actual del mercado laboral y las tendencias post-convertibilidad.
SINTESIS Y CONCLUSIONES
Las principales conclusiones que sintetiza al presente material son:
Al 4to trimestre del 2007 (última información disponible de la EPH, aunque
intervenida en el procesamiento del Aglomerado del Gran Buenos Aires) la tasa
de desocupación es del 7,5% de la PEA, la cual asciende al 8,1% si no se
considera al Plan Jefes/as como una ocupación principal. Los desocupados, en
consecuencia son 1.349.954 trabajadores.
Por su parte, dentro de los ocupados existen 1.515.728 que están subocupados
(trabajan menos de 6 horas semanales y desean trabajar más. Así, la tasa de
subocupación es del 9,1% de la PEA.
Si se suman los trabajadores desocupados y los subocupados resulta que
2.764.954 trabajadores presentan algún tipo de problema en su inserción
laboral. Se trata de una tasa de subutilización de la fuerza laboral del orden
del 16,6% de la PEA.
Al 1er trimestre del 2007 (último dato disponible), además de los desocupados,
existían 3.009.381 trabajadores ocupados que demandaban otro empleo. Así la
presión sobre el mercado laboral englobaba al 27,8% de la PEA. Por otro lado,
la existencia de 1.134.829 ocupados que desean trabajar más pero no demandan
(no buscan) supone que prácticamente el 34,5% de la PEA este disponible
(desee trabajar más) lo que representa un marcado grado de insatisfacción
laboral de un espectro significativo de la fuerza laboral.
La constante presión y disponibilidad laboral que produce el funcionamiento del
mercado laboral vigente es la contrapartida del bajo nivel de ingresos que se
obtiene en el mismo. Así la pobreza afecta al 26,8% de los ocupados y la
indigencia al 6,9% de los mismos.
Lo expuesto afirma que en las condiciones actuales, obtener un trabajo no
garantiza salir de la pobreza e incluso de la indigencia. Por ende, tampoco es de
extrañar, que en este particular funcionamiento del mercado laboral, obtener
un empleo no garantiza acceder al salario mínimo que fija la ley. Así el 38,3%
de los ocupados ganan por debajo del salario mínimo.
Los asalariados registrados ascienden a 6.688.675 trabajadores, éstos
representan el 58,4% del total de asalariados y al 41,7% de la fuerza laboral
total. La contracara del bajo peso de la asalarización formal es la emergencia de
nuevas formas de precariedad de la fuerza laboral a las tradicionales ya
conocidas. La precariedad laboral afecta al 58,7% de la fuerza laboral. Se
trata de 9.423.516 trabajadores que padecen algún signo de degradación de su
inserción laboral.
El bajo nivel de ingresos que produce el mercado laboral es el que está detrás del exceso de horas trabajadas. En efecto, al igual que sucede con el salario mínimo, la jornada laboral lejos está de ser la que dice la ley. El promedio de horas trabajadas por los asalariados es de 12 horas diarias (en lugar de las 8 horas que fija la ley). La magnitud de la misma, permite afirmar que si se controlara la sobreocupación se eliminaría la desocupación.
Más allá de la diferencia en la práctica de utilizar mano de obra sin registrar y el
abuso de la jornada laboral en los distintos sectores, lo cierto es que los mismos
están presentes en la mayoría de ellos. Se trata de mecanismos que al reducir el
costo laboral financian la falta de inversión y la rentabilidad de los
empresarios.
Un somero análisis de las tasas básicas del mercado laboral correspondiente a la última medición de cada año para el período 2001 – 2007. arroja, a grandes
rasgos, un proceso de caída en la generación de empleo (hasta estancarse en el
último año), que es acompañada por una mayor caída en la presión /
búsqueda laboral, lo que explica la caída de la tasa de desempleo, aunque a
un ritmo menor que en el período 2003 – 2005, en el marco de una caída
constante y sostenida de la subocupación.
Detrás del proceso de estancamiento en la generación de empleo en el marco de una economía que crece a una tasa del 9% anual, se esconde un elevado grado
de rotación de la mano de obra que sustituye puestos de trabajo
consolidándose así la figura del “asalariado interino” que entra y sale de la
empresa en función del ciclo de negocios en tanto el costo de entrada y salida
resulta insignificante ante la vigencia de formas flexibles de contratación
(períodos de prueba, becas, pasantías, trabajo clandestino, etc.).
En la evolución anual del 1er trimestre del 2007 (último período para el que se
cuenta con este tipo de información) se crearon 2.624.006 nuevos puestos de
trabajo, de los cuales 2.260.097 fueron ocupados por trabajadores que rotaron de
puesto. Se trata de una magnitud que supera el número de desocupados
(1.250.000), con lo que si hubiera una estrategia de política laboral que
garantice la estabilidad en la relación laboral, el impacto en la generación del
empleo hubiera sido mayor (inclusive se habría podido eliminar la
desocupación) al tiempo que al penalizar la salida laboral, fomenta una mayor
inversión empresaria en la calificación de la fuerza laboral, gestando mejores
condiciones de reproducción de la misma.
Son las condiciones de precariedad en la relación laboral (expresada en el nivel
de ingreso, en las condiciones de empleo y en la rotación laboral) las que
explican que el impacto del crecimiento de la actividad económica sobre el
empleo tiende a debilitarse cada vez más.
La contrapartida de la baja generación de empleo en el marco del crecimiento
del PBI es el aumento de la productividad laboral. Del 2001 al 2007 el PBI en
términos constantes se expandió un 52,4% mientras que los ocupados lo
hicieron un 32,4%. De este modo la productividad laboral creció un 15,1%.
Si los ingresos de los ocupados hubieran evolucionado de acuerdo a la evolución
de la productividad, los ingresos reales tendría que ser un 15,1% superior al del
2001. Sin embargo no es esta la situación. Tomando al conjunto de la fuerza
laboral (descontando patrones) el ingreso real es apenas igual al del año 2001.
Lejos de ser una situación homogénea, los asalariados no registrados presentan
una caída del 13,7% respecto al 2001, mientras los formales tienen un salario
real apenas 3,4% superior. Por su parte los trabajadores por cuenta propia
presentan un ingreso real 8,2% superior al del 2001 (aunque parten de niveles de
ingresos más reducidos).
De este modo, no resulta extraño que la participación de la masa de ingresos de
los ocupados en el PBI del 2007 siga estando por debajo de la del 2001, e
inclusive se evidencia un retroceso de la participación respecto al 2006 en cada
una de las categorías ocupacionales.
Transcurrido una nueva conmemoración del Día del Trabajador, nunca está demás
realizar un análisis del funcionamiento del actual mercado laboral. A tal fin, se realizará una radiografía (lo más actualizada posible) del mismo y un análisis de su
comportamiento en la etapa post – convertibilidad.
(descargar documentos completo)
Análisis de los resultados del Índice Salarial. Evolución salarial que atraviesan los trabajadores del sector público argentino.
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