El primero de octubre pasado, una asamblea de trabajadores de la Firma Ricardo Risatti, propietaria de dos estaciones de servicio en Laboulaye, ciudad de provincia argentina de Córdoba, decidió aprobar la realización de un paro de actividades que incluye a todos los sectores de la empresa con motivo de haber tomado conocimiento de la cesantía (despido) injustificada de dos trabajadores.

La historia de la impunidad local hace que muchas veces los despidos no se documenten y el empleador le exija al empleado que renuncie y que no divulgue esta exigencia.

En esta oportunidad la dignidad de los trabajadores y la conciencia desarrollada a partir de la afiliación a la AGTPAC, que es la Organización Gremial de los trabajadores petroleros de la provincia de Córdoba, integrada a la FeTERA – CTA, no toleró el abuso y la asamblea decidió el paro.

Ante el conocimiento de lo decidido, los propietarios optaron por legalizar los despidos y enviaron telegramas donde invocaban causas de justificación de los mismos.

A la trabajadora Maura Guerdatti, con cuatro meses de antigüedad en la empresa, se la acusaba de estar paseando en horario de trabajo, en una fecha situada dos meses atrás. Al trabajador Walter Alvarez, de 17 años de antigüedad de hacer facturas de más.

La indignación de los compañeros tuvo su primera verificación, cuando el día 7 de octubre, en dependencias del Departamento Provincial del Trabajo, se homologó un acuerdo mediante el cual la empresa Risatti, indemnizaba con una gruesa suma de dinero a la empleada despedida.

¿Por qué el empleador indemniza a una trabajadora que pasea en horario de trabajo?. Porque el verdadero y brutal motivo de la cesantía era que la joven va a ser mamá, y el empresario no quiere empleadas embarazadas. Esta situación es comprobable en la dependencia oficial, ya que el empresario Risatti, pagó, como parte de su acuerdo, la multa por despedir a una trabajadora embarazada.

El caso de Walter, es similar. Los trabajadores que despachan combustible, deben además facturar y brindar otros servicios a los clientes (limpieza de vidrios, completar aceite, verificar agua etc.) esto genera demoras que muchos clientes habituales tratan de evitar, por ejemplo, pasando a buscar la factura más tarde.

Las costumbres, aceptadas hasta por el empleador, que nunca sancionó esta conducta habitual, con años de práctica, hacen que en algún momento de la semana, clientes habituales se presenten para que les facturen cargas de combustibles realizados en días anteriores. La factura integra todos los importes y satisface la necesidad.

¿Por qué, en esta oportunidad, una práctica habitual, genera el despido de un trabajador?.

Los compañeros de Walter están convencidos de que con Walter se quiere dar un ejemplo de castigo para aquellos que adopten costumbres relacionadas con la defensa de sus derechos como trabajadores.

Walter Álvarez, integra el grupo de trabajadores de estaciones de servicio, que hace menos de un año, comenzó a tomar conciencia de sus derechos laborales y con una actitud amena, pero firme y consecuente, colabora con sus compañeros para hacerlos realidad.

Walter reclamó, por ejemplo que se paguen los salarios del día uno al cinco de cada mes; ya que los trabajadores cobraban después del día 15, o que se respeten las tareas que les corresponden a cada trabajador, cuando el empleador pretende, desconocer los oficios y las categorías de cada uno.

Walter fue sancionado por animarse a reclamar condiciones mínimas de trabajo digno, y sus compañeros decidieron organizarse para defenderlo.

Solidaridad local, regional y nacional
El paro se realiza desde el sábado 8 de octubre, a partir de la seis de la mañana.

A esa hora se suspendió el despacho de combustible, en las dos estaciones que tiene la firma Ricardo Risatti y se comunicó a cada uno de los clientes que concurrían, los motivos del paro, además de entregarles un volante explicativo.

La noticia de lo que estaba pasando, en una comunidad de 22.000 habitantes, pronto comenzó a correr y las solidaridades se sumaron hacia los trabajadores.

Los gremios locales de Luz y Fuerza, UATRE, UEPEC, y otros se acercaron y mantuvieron su presencia hasta el día de hoy.

Familiares, amigos y vecinos solidarios se sumaron a la medida. Se acercaron con alimentos y dieron muchas horas de compañía y afecto a los trabajadores en lucha.

Desde Río Cuarto, los compañeros del sindicato de petroleros de la FeTERA - CTA, la AGTPAC, concurrieron para darle la cobertura regional y provincial al conflicto. Marcelo Espíndola, Ernesto Duco, encabezaron la delegación, que además integraban compañeros de la organización territorial Malón, de la CTA.
La Mesa Nacional de la FeTERA, estuvo representada por el compañero Gabriel Martínez.

Estas presencias dieron más notoriedad a los sucesos y provocaron una fuerte cobertura de los medios locales, que reproducían la noticia por radio y televisión a pesar del espacio que requerían los festejos oficiales del 124º aniversario de la ciudad.

El valor de la lucha.
Pelear por los derechos, en forma organizada, no constituye delito, ni es motivo de vergüenza. Nuestras estrategias para defender los derechos laborales, siempre encontrarán una respuesta de parte de los que quieren trabajadores sin derechos y sindicatos corruptos. Lo que sucede en Laboulaye hoy, es motivo de orgullo para los trabajadores de todo el país.